Marta Domínguez, sin dorsal ni ropa oficial, no fue descalificada

La polémica descalificación de los tres primeros clasificados en la San Silvestre Vallecana Popular eclipsó este miércoles en gran parte la posterior carrera internacional que ganó el keniano Mike Kigen. La organización anuló los resultados del podio integrado por Sergio Salinero, Gezaw Bekele y Pablo Villalobos por no llevar visible el dorsal durante toda la prueba, en la que se congregaron 40.000 atletas populares. Un artículo del reglamento que incumplían también numerosos participantes, entre ellos la senadora Marta Domínguez, quinta mujer en meta y tercera en veteranas.

En la San Silvestre Popular, el dorsal está integrado en la camiseta amarillo flúor, que patrocina Nike. El reglamento obliga a que el número y la ropa oficial estén siempre a la vista. El trío de cabeza compitió con vestimenta propia encima. “Al cruzar la meta, nos felicitaron, hicimos entrevistas, nos tomaron los datos y nos dieron instrucciones para el podio, pero al rato oímos por megafonía que estábamos descalificados”, cuenta Villalobos, que sí llegó con la indumentaria correcta: “En el kilómetro final vi a Amaya (Sanfabio, su mujer y también atleta), le tiré la peluca y la camiseta que llevaba puestas. El reglamento dice que debe verse todo el recorrido, pero nunca se ha aplicado. Y no es justo que descalifiquen a unos sí y a otros no. Luego supimos que algunas mujeres también iban con la ropa de su club”.

Las dos primeras féminas, Pilar García y Cristina Giurcano, también vestían uniforme propio, aunque en su caso se trataba de tops que permitían ver el número. Quien no llevaba la camiseta amarilla ni el dorsal fue Marta Domínguez, que sin embargo aparece en la clasificación oficial, gracias al chip que portan todos los atletas. De haberse aplicado el reglamento al dedillo, la senadora palentina tendría que haber sido descalificada.

La organización explicó que la descalificación de los tres primeros hombres se produjo por la reclamación de un rival, un condicionante que no se cumplió en otros casos. El triunfo recayó en Santiago de la Fuente, que rehusó el trofeo: “Voy a dárselo a Salinero, es suyo”. La victoria en esta carrera no otorga premios en metálico.