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Europeo de natación de Berlín

Mireia Belmonte: “Mi estilo de vida se llama oro olímpico”

Llamada a ser la reina del Europeo de Berlín (del 13 al 24 de agosto), Mireia Belmonte atendió a AS en el CAR de Sant Cugat después de una jornada de entrenamiento.

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Mireia Belmonte: “Mi estilo de vida se llama oro olímpico”

—En poco más de una semana embarcará rumbo a Berlín. ¿Cuáles son los retos que se propone para este Europeo de piscina olímpica?

—La primera semana la arranco con los 5 kilómetros en aguas abiertas. Una prueba en la que intentaré ganar experiencia porque únicamente he nadado el Campeonato de España recientemente (que ganó). Se puede decir que soy novata. Es una distancia que estoy trabajando más a largo plazo, así que mi objetivo en Berlín es disfrutarla.

—Y luego está la piscina.

—Nadaré seis pruebas, aunque pueden ser siete si al final también compito en el 4x200 libre. Mi objetivo es alcanzar el mayor número de finales, aunque será difícil porque el calendario es muy apretado en esta ocasión, con días de tres pruebas.

—Este 2014 es un año sin Mundial ni Juegos Olímpicos. Acostumbra a ser más suave para los nadadores de primer nivel. ¿En su caso ocurre lo mismo?

—No ha sido así en mi caso. Este año es igualmente complicado, como han sido los anteriores. Aunque el Europeo no tiene tanta importancia porque es una competición sin estadounidenses ni australianas o chinas, los nadadores se preparan mucho y la competencia es máxima, así que me lo he tomado con seriedad.

—No frena.

—Estoy entrenando igual que siempre, entre ocho y nueve horas al día. Habitualmente hago ocho, entre piscina y gimnasio, aunque hay días que se alargan un poco más de la cuenta.

—Si ahora mismo viene Fred Vergnoux y le da el día de mañana libre, ¿que haría?

—El despertador no me lo pondría y a ver a qué hora me despierto. Eso lo primero (sonríe). Pero no haría nada especial, más allá de estar con la familia. Por la tarde, iría a dar una vuelta con mis amigos y luego volvería al CAR. Nada que me pueda perjudicar en la preparación del día siguiente, que es lo importante.

—La última vez que fue al cine fue...

—No me acuerdo… Quizás fue hace seis meses. Pero no sé ni qué película vi.

—¿Conseguir el oro olímpico, o lo que es lo mismo, cumplir su sueño y el de cualquier deportista, se convierte en una obsesión después de tantos años en la élite?

—Se vuelve como una obsesión porque lo tienes presente en todo lo que haces: a la hora de dormir, de comer, de entrenarte, de estar con los amigos… Es como un modelo de vida: el estilo de vida del oro olímpico. Porque vives para ello a todas horas y debes ser consecuente con lo que haces a cada momento.

—Y, para ello, este año ha entrenado muchos días en altura, los mismos o más que en el CAR de Sant Cugat, su cuartel general. ¿Cómo son esas jornadas en el CAR de Sierra Nevada?

—Son días muy largos y duros, pero si se trabaja bien se pasan más rápido. Forma parte de la preparación y lo aceptamos. Cuando te entrenas a más de 2.000 metros hay menos oxígeno, falta aire y cuesta más realizar los objetivos del entrenamiento y del trabajo aeróbico. Todo eso viene bien para ganar más resistencia y luego se nota en las competiciones y en las pruebas de fondo.

—Al margen del entrenamiento en la piscina y en el gimnasio, ¿han innovado algo esta temporada?

—No podemos innovar demasiado. La piscina y el gimnasio nos absorben todas las horas de entrenamiento y el día sólo tiene 24. En ocasiones, salimos a correr o hacemos remo, pero esas rutinas representan parte fundamental de la preparación física.

—Una de las novedades de su programa por primera vez en una gran competición serán las aguas abiertas. ¿Eso ha modificado su preparación? ¿Le puede afectar para la piscina?

—No hemos modificado nada. Hicimos lo de siempre. No varía la programación ni el trabajo, más allá de pasar más tiempo en altura.

—¿Y qué opciones se ve en esta prueba?

—En este Europeo hay una novedad en la prueba de 5 kilómetros: será contrarreloj, así que no habrá contacto físico. Eso me beneficia porque se evitan los golpes, algo a lo que las más veteranas están acostumbradas y, además, dominan a la perfección. Pese a ello, quiero disfrutar de la prueba, ese es mi único objetivo. Al ser únicamente una hora de duración, lo vives con pasión y no te aburres en el agua. Me lo pasaré bien.

—Un Europeo es una gran oportunidad para brillar, aunque el nivel de este campeonato ha aumentado en los últimos años. ¿Cómo lo ve usted que, además, participó este año en el duelo Estados Unidos-Europa?

—El nivel europeo y español ha subido en los últimos años. Antes, Estados Unidos y Australia dominaban la natación pero eso ahora no es así. Se han añadido nuevos países, entre los que está Francia, una gran potencia, que tiene talento y que se ha subido a ese carro de primeras espadas. Alemania también es una referencia. Eso es bueno porque se reparten los éxitos y crece la competencia.

—Hablaba de España. ¿Qué le parecen los jóvenes valores que acuden a este Europeo?

—Este año el equipo es más amplio que en otras ediciones y eso es positivo, porque te relacionas más con la gente y hay mejor ambiente. Además, cuántas más participantes haya más opciones tienes de ganar medallas y hacer un buen papel. En los pasados Campeonatos de España, se registraron buenas marcas y se nota que la gente está ilusionada. Creo que hay futuro y que hemos dado un salto.

—Habla de éxito pero este sólo llega de parte del sexo femenino. ¿Qué explicación le encuentra?

—¡Uff! Pregúntele a los chicos. Es verdad que las chicas estamos destacando más, pero no le sé decir porque no le encuentro una explicación.

—¿En qué ha cambiado usted desde que debutó con 16 años en el circuito profesional?

—Todo lo que aprendí en la piscina me ha valido para mi vida personal también. Tengo más seguridad en lo que hago, pero más allá de eso no he cambiado mucho. Los hábitos son los de siempre. Soy la misma chica que cuando debuté.