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Más deporte | Lucha contra sustancias prohibidas

El dopaje cae en las redes del narcotráfico

El tráfico de sustancias dopantes es un negocio cada vez más lucrativo, que atrae a las mafias del narcotráfico. Según la Policía, "las penas son más pequeñas, el riesgo inferior y el beneficio mucho más alto". La colaboración entre gobiernos, fuerzas de seguridad y fiscales es imprescindible.

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<b>ÉXITO POLICIAL. </b>La imagen muestra un laboratorio de fabricación de sustancias dopantes y de medicamentos falsos en Cataluña.
jesús aguilera

Distribuir clandestinamente productos dopantes destinados a deportistas de élite de gran repercusión mediática o a consumidores anónimos en los gimnasios es más rentable y menos peligroso para los delincuentes que el tráfico de drogas. Por eso, los narcos, que siguen traficando con heroína, cocaína o drogas de diseño, hacen ahora incursiones, cada vez más profundas, en el comercio ilegal y clandestino de sustancias prohibidas en el mundo del deporte.

En España, las diferentes policías son conscientes del cambio que se está produciendo en este terreno. Marceliano Gutiérrez, jefe del Área de Seguridad Ciudadana y Operaciones y perteneciente a la Secretaría de Estado de Seguridad, comentó en las II Jornadas sobre Coordinación en la Lucha contra el Dopaje Deportivo que "los narcotraficantes se pasan al tráfico de productos dopantes porque los beneficios son astronómicos y existe mucho menos peligro".

Para Juan Carlos Cuesta, de la Comisaría General de la Policía Judicial, "la globalización trae como consecuencia que haya conexiones con el tráfico de drogas, porque las penas son más pequeñas, el riesgo es inferior y el beneficio es mucho más alto".

Se calcula que el tráfico ilegal de sustancias dopantes en el mundo, sobre todo de esteroides anabolizantes, llega actualmente a los 20.000 millones de dólares (14.000 millones de euros) al año. Una cifra que aún está lejos de las que se suponen para el narcotráfico, pero que aumenta continuamente, y que puede reportar beneficios mucho mayores con estructuras ilegales más pequeñas y que reportan un beneficio neto mucho mayor.

Por ejemplo, una dosis de EPO se puede adquirir en China, probablemente adulterada, por 3,5 euros, pero después de un largo viaje se puede vender en el mercado negro europeo por 400. El beneficio es inmenso. De ahí que los narcos hayan puesto sus ojos en la distribución de sustancias deportivas en el deporte.

Colaboración. Y de ahí, también, que la colaboración entre las autoridades deportivas, los gobiernos y las policías sea básica. Y que se precise una alta cooperación internacional.

Gonzalo Álvarez, de la Comisaría General de Policía Judicial de la Interpol, explica que "la importancia de la cooperación internacional es trascendental, en particular cuando estas sustancias dopantes están relacionadas con grupos delictivos organizados". Estas mafias suelen dedicar sus esfuerzos básicamente a la venta de anabolizantes para gimnasios.

La inmensa mayoría de las personas que acuden a ellos buscan, simplemente, mejorar su aspecto físico, sin perseguir resultados deportivos. Las tramas los suministran y los productos que se venden están, en muchos casos, adulterados y resultan muy peligrosos.

Las redes que tienen por cllientes a deportistas de élite son más reducidas y están altamente cualificadas, según fuentes policiales. En ellas, además de los deportistas, suele haber un médico, un entrenador, un suministrador (quizá algún farmacéutico) y un distribuidor. Un esquema clásico.