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Golf | Un minuto de silencio por Seve

Muere Seve: se despide una gloria y nace un mito

Falleció en su casa tras 32 meses de dura lucha contra el cáncer

Actualizado a
Muere Seve: se despide una gloria y nace un mito

Ayer, a las 02:10 de la madrugada, Severiano Ballesteros dejó de luchar contracorriente. El héroe de Pedreña (Cantabria) falleció a los 54 años en su casa, situada en el barrio El Cristo, por una insuficiencia respiratoria motivada por el empeoramiento que había sufrido en el último mes, tras superar con su casta de siempre dos tumores cerebrales y cuatro operaciones. Su familia comunicó la desgracia a primera hora, agradeciendo en una nota oficial las muestras de cariño y pidiendo "respeto a la intimidad". Desde ese instante, Cantabria enmudeció, España le homenajeó y el mundo entero recordó que no se iba un deportista cualquiera. Se marchaba uno de los grandes. Para muchos el mejor.

Según relató a este diario su tío, el exgolfista Ramón Sota, Seve se apagó en su cama sin sufrir dolores y susurrando un "os quiero" a cada uno de sus seres queridos. Su hermano, Baldomero, vistió su cuerpo inerte con el traje que él solía utilizar los domingos de competición: camisa blanca; jersey y pantalón azul. Era el más afectado. Si antes era su guía, ahora llevaba dos años y medio siendo su sombra. Desde que el 5 de octubre de 2008 se encontró con la enfermedad. Lo hacía para ayudarle a recorrer su campo de golf, para ir a jugar la partida a Somo o en sus largos paseos por el Cántabrico. Hasta que hace 20 días una pierna y su brazo izquierdo adelantaban lo peor. La última recaída.

Revuelo.

Nada más conocerse la noticia, los medios se iban agolpando a las puertas de la residencia a la vez que iban entrando y saliendo de ella sus parientes, infinidad de furgonetas con flores y coronas y el servicio de urgencias local del doctor Panero. Allí se esperaba la asistencia de los innumerables amigos de Seve. Entre ellos Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid, que al final no pudo acudir por problemas con los vuelos.

Sin embargo, la familia pidió un velatorio privado. Sólo el hermano de Seve, su exmujer, Carmen Botín, sus tres hijos, cuñadas, tíos, sobrinos y primos (entre ellos el alcalde de Marina de Cudeyo), velaron su cuerpo hasta las 14:15, momento en el que trasladaron el cuerpo a una funeraria para que fuera incinerado. "Sus cenizas serán esparcidas en su casa de Pedreña (en el campo de golf). Me hubiera gustado que descansase junto a sus padres pero él lo dejó todo bien claro", reconocía un familiar. El funeral será el próximo miércoles a las 13:00 horas en la Iglesia de San Pedro de Pedreña.

Hubo quienes no pudieron contener la necesidad de dar su último adiós al campeón y realizar sus humildes homenajes. Entre ellos José Luis y Martín, dos fans. El primero depositó en la entrada de la vivienda una madera y una bola de golf tras encender una vela en su memoria. "Va por ti amigo; eres el mejor". El segundo colgó una bandera de Escocia y una bufanda de Saint Andrews, donde Seve creó escuela. "En el extranjero siempre me recibieron de maravilla por el mero hecho de decir que vivía cerca de él. Hasta en Japón. Seve nos abrió las puertas fuera a los españoles. Ésta es una gran pérdida".

Los vecinos, que veían cómo desde hace un mes ya no paseaba tanto por los alrededores de su finca, resaltaron la figura de Seve y la importancia que tuvo y tendrá para dar a conocer el pueblo ("estamos consternados"). El Partido Popular suspendió sus actos de campaña. El resto, no. El Gobierno regional de Revilla decretó luto oficial hasta la medianoche de mañana por su Hijo Predilecto (nombrado en 1999) y el Racing, que se la jugaba en Alicante, lució un crespón en memoria de quien prestó su imagen hace dos veranos para la campaña de socios. "Ser ganador es cuestión de voluntad", rezaba su lema.

Un héroe.

"Será muy complicado tener otro deportista tan bueno como él; casi imposible", repetían ayer quienes pudieron vibrar con su golf. Y razón no les falta. Desde que debutó como profesional en 1974 y hasta que se retiró en 2007, ganó cinco grandes con su estilo innovador y un carácter que aseguran en Pedreña "había endulzado". Acumuló 94 triunfos y fue durante 61 semanas el número uno del mundo. Por eso fue, entre muchas más cosas, Príncipe de Asturias o Medalla de Oro al Mérito Deportivo. Sin embargo, tras ver cómo su segunda pareja le rompía de dolor tras fallecer en un accidente en 2007 y al irse ahora él tras haber revivido, con tanto futuro como pasado, su tío resumía un sentir popular: "Esta vida no le ha tratado demasiado bien". Suerte en la nueva, Seve.