Ya sólo vale ganar y ganar

Pocos hubieran imaginado que el Rayo iba a poner en aprietos a sus dos vecinos, los mismos que se están jugando la Liga y encontrarse cara a cara en la final de Champions. La eficacia probada de Griezmann y del Atlético dio sus frutos: máximo rendimiento con el mínimo brillo. Ya había avisado Paco, nadie como ellos saben racionalizar la gasolina. Y es que cuando el Rayo se sacudió el miedo escénico del Calderón y se atrevió a soñar tuvo el balón (62% de posesión), generó ocasiones... El destino era tan importante como la manera de llegar hasta él. Pero el Calderón, como si del célebre escritor se tratase, dictó sentencia: “Que los sueños, sueños son...”.

Ahora sólo quedan dos finales para salvarse o condenarse. Los franjirrojos dependen de sí mismos, pero no hay margen de error. Muchos han sido los puntos merecidos que se escaparon (San Mamés, La Rosaleda y un largo etcétera), demasiado el castigo de las lesiones y la penalización a este fútbol vistoso. Ahora sólo vale ganar y ganar para que la Primera sea una realidad.