Las buenas costumbres

Estoy en México, donde al Barça lo celebran como si fuera del barrio. La Real lo mantuvo un poco a raya en los primeros 20 minutos, marcando a Iniesta y a otros de esa zona para no dejarles elaborar, pero le sirvió de poco. El equipo de Luis Enrique está equipado ahora para sorprender: para esperar y para sorprender. Para tener prendida la retina en la velocidad nutritiva de sus pases.

Neymar metió el primero (y otro más), después Luis Suárez y dejaron la sentencia en poder de Messi. Lo de siempre. Pero eso que es lo de siempre revela también que el equipo se ha acostumbrado a una técnica y a una táctica, y que el resultado ya comienza a constituir la razón de su éxito: la buena costumbre. La buena relación del tridente se añade a este estado de felicidad que envuelve al Barça.