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SINCRONIZADA

Gabriela Viglino: “España es un equipazo, debe tener aplomo”

Gabriela Viglino es argentina, juez de sincro y persona que se desvive por este deporte. Aporta una visión imparcial de la sincro española. Ve futuro, pero toca mejorar.

Actualizado a
Gabriela Viglino, jueza argentina de sincro, nos da sus impresiones sobre España.
A. Martínez

—¿Cuánto tiempo lleva vinculada al mundo de la sincro?

—Llevo como juez internacional desde 1999. Soy licenciada en INEF y en Argentina, mi país, tengo una escuela de nado y hago de entrenadora.

—¿Tanto ha cambiado el criterio de las puntuaciones?

—Hay tres paneles (impresión artística, dificultad y ejecución) de jueces y ninguno de nosotros puede hacer una desviación. Hay tantas notas que uno mismo no sabe qué país ganará. Los jueces somos éticos y nunca sabemos qué pasará cuando puntuamos.

—¿Qué balance hace de la participación española en estos Mundiales?

—A España la veo muy bien. Para los países que no seguimos el modelo de Rusia, España siempre fue nuestra maestra. Marcó el rumbo con sus locuras y su parte artística. Pero conservar los lugares top no es fácil. Todos los países crecieron. Los jueces estamos expectantes porque todo va de décima en décima y un error te cambia de lugar, o incluso un cambio de visión te puede hacer caer posiciones.

—Entonces, ¿por qué ha descendido a la quinta plaza en las rutinas olímpicas?

—España tiene un equipazo, pero como en todos los deportes tiene que alcanzar la perfección y saber direccionarse. Hay chicas jóvenes y van creciendo, aunque en muchas ocasiones la edad no significa talento. Su equipo se ha ido renovando. Pero tanto el trabajo anterior como el actual son un modelo.

—¿España sigue siendo una referencia en lo artístico?

—España siempre fue un equipo artístico y hermoso, y para mí lo sigue siendo, pero a veces las cosas no salen como se quiere. Ojalá, con la mano en el corazón, puedan estar junto a Rusia. Falta aplomo.

—¿Qué diferencias hay entonces entre la España que ganó en 2009 seis platas y un oro y la actual?

—La ejecución. Pero eso no se adquiere con dedicarle más horas, sino con madurez y perfeccionamiento. Las chicas trabajan mucho. A veces tienes grupos de nadadores que te responden y otros que debes trabajarlos escalón por escalón. Es duro estar segundo y luego pasar a ser cuarto. ¿Qué pasó? Están muy bien, pero en otra época estaban mejor. España sigue teniendo esa chispa creativa. Las coreografías que hicieron fueron difíciles. Ya vendrá la ejecución, te lo da la experiencia.

—¿A qué achaca el auge de Japón?

—Japón ejecuta muy bien. Y, además, su crecimiento tiene que ver con que ha vuelto una entrenadora que es de las mejores del mundo.

—¿Qué le parece Ona Carbonell?

—Ona es una chica magnífica y ha hecho cosas sumamente difíciles. Tiene muchos años para crecer y es una artista en el agua.

—Supongo que le habrá trasladado a otras épocas ver competir a Gemma Mengual…

—En su época no pudo con la rusa, pero mereció ser campeona del mundo. Volver a verla fue un regalo del cielo. Las piernas de Gemma…. Y eso que ha tenido dos hijos. Es una emoción muy grande.