Sergio García retoma el timón y Ghilas lo pierde por un castigo

Varios barcos están a punto de zarpar desde Cornellà. El de las exiguas ilusiones del Espanyol (más de sus aficionados que de la propia plantilla) por alcanzar la séptima plaza. El de la propia autoestima de los pericos en vísperas de una semifinal de Copa que se antoja el partido más importante de los últimos años, aunque esté prohibido citarlo. Y el buque de las esperanzas de un Córdoba que arranca la jornada a cinco puntos de la permanencia y que desea hallar al fin un rumbo fijo tras acumular cinco derrotas consecutivas que le han anclaro en el farolillo rojo.

Para la botadura, recupera el Espanyol a su capitán, Sergio García, que se perdió la visita a Getafe por sanción (también sufría una contusión en la rodilla izquierda) aunque el que naufragó sin él fue el equipo. Un jugador indispensable, y no solo por sus nueve goles y seis asistencias en esta Liga, sino por el timón que supone en el juego de los pericos. Igual de necesario se presume para el Córdoba su ‘pichichi’ Ghilas, con siete tantos de los 18 de su equipo en Liga, quien sin embargo no estará por decisión técnica. Djukic, no se sabe si valiente o temerario, ha decidido castigarlo por haber salido de fiesta hasta altas horas el sábado tras caer ante el Valencia (y eso que marcó). También Bebé, Krhin y Rossi salieron, pero ellos sí estarán en Cornellà. Se entiende que Ghilas debe dar ejemplo dentro y fuera del campo.

Con todo, barrunta Djukic reforzar su zaga a sabiendas de que solo es capaz de ganar en Primera si deja la portería a cero: tres veces lo consiguió, ante Athletic, Granada y Rayo.

Por distintos motivos, solo una victoria valdrá a Espanyol y Córdoba para navegar viento en popa a toda vela.