Además de ser un encuentro de valor incalculable en lo que a la historia de las dos franquicias se refiere, el Game 7 que disputarán Golden State Warriors y Oklahoma City Thunder también vale su peso en oro. Según Tim Kawakami (Mercury News), una victoria del equipo local significaría algo más de 40 millones de dólares brutos casi asegurados. También sería un gran respiro para las arcas de los Thunder, evidentemente, pero no hay un dato concreto al respecto.

Según el mencionado periodista, un nuevo viaje a las Finales de la NBA y un mínimo de tres partidos más en un Oracle Arena tan de moda (games 1, 2 y 5, contando con que los de la Bahía ganarán al menos un encuentro ante los Cavaliers) podrían significar más de 40 millones en entradas y demás ganancias. Una auténtica barbaridad para solo tres partidos. Aunque hablemos de las Finales de la mejor liga de baloncesto del mundo.

Los Warriors cuentan con la tercera plantilla más cara de la NBA (por detrás de Cavs y Clippers), y tendrán que afrontar este verano las posibles renovaciones de jugadores como Harrison Barnes o Festus Ezeli (Shaun Livingston, no garantizado). Cierto es que los millones que entrarían no cambian los límites salariales, pero evidentemente sería una gran noticia para la franquicia afincada en Oakland pensando en en el impuesto de lujo, ya que tienen más de 84 millones comprometidos para la próxima temporada y lo normal es que se pasen del nuevo límite que superará los 90 millones de dólares. 

Ni que decir tiene que cualquier beneficio económico que pueda salir de unas posibles finales sería también recibido con aplausos en Oklahoma City. Los Thunder tienen más de 76 millones comprometidos para la 2016-17 y tendrán que echar el resto para intentar renovar a Kevin Durant.