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ALEMANIA

El código Nagelsmann

Sería de extrañar que no implemente el 3-4-3 en el Allianz, donde cuenta con una serie de futbolistas hechos a la medida de la idea del técnico de Landsberg.

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El código Nagelsmann

La llegada de Julian Nagelsmann al Bayern de Múnich supone el comienzo de una nueva era en el Allianz Arena. Dotando al entrenador de 33 años, el más joven en Múnich desde Sören Lerby en 1991, con un contrato hasta 2026, el todocampeón deja claro que confía en el míster de moda de Alemania a la hora de sentar las bases del Bayern del futuro. Lo que más apasionante se antoja, a priori, es saber si revolucionará el esquema táctico de un equipo que, sobre todo gracias a la labor de Hansi Flick a lo largo de las últimas dos temporadas, ya cuenta con un estilo muy marcado que lo llevó a conquistar el sextete.

Una de las características, que comparten tanto el Bayern de Hansi como los equipos que dirigió Julian, es la presión ofensiva. Bajo las órdenes de Nagelsmann, los bávaros seguirán sometiendo a sus rivales en campo contrario ya que este tipo de comportamiento tras pérdida es innegociable para el técnico bávaro. Lo llevó a la perfección en su Leipzig y, también, lo implementará en un Bayern que está acostumbrado a tener el cuero e intentar recuperarlo lo antes y más arriba posible tras perderlo.

El punto de inflexión podría llevarse a cabo en el dibujo. Flick solo deshizo su 4-2-3-1 en escasas ocasiones, dotando de esta manera a su Bayern de un doble pivote formado por Leon Goretzka y Joshua Kimmich que hacía brillar a los extremos veloces y Robert Lewandowski arriba. En el ADN de Nagelsmann, sin embargo, se encuentra fijada una línea de tres en defensa que puso de moda en la Bundesliga. Con dos carrileros de mucho recorrido, se convierte en línea de cinco a la hora de defender y, aparte de permitir acumular más jugadores arriba cuando toca atacar, dota de más versatilidad al equipo en todos los aspectos del juego.

Sería de extrañar que no implementase dicho 3-4-3 en el Allianz, donde cuenta con una serie de futbolistas hechos a la medida de la idea del técnico nacido en la localidad bávara de Landsberg. Alphonso Davies y Benjamin Pavard son dos laterales que pueden convertirse perfectamente en carrileros. Atrás, Lucas Hernández, Dayot Upamecano, central del Leipzig que le acompañará al Bayern, y su ex jugador durante su etapa en Hoffenheim, Niklas Süle, formarían una línea de tres sólida y con buena salida de balón. Y en ataque, tanto Leroy Sané como Kingsley Coman y Serge Gnabry aportarían la velocidad para las transiciones rápidas que tanto gustan a Nagelsmann.

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De lo que no cabe ninguna duda es de que, igual que en Leipzig, exigirá el máximo a cada uno de sus futbolistas. Así describió Dani Olmo, al que hizo aún mejor durante su etapa en el este de Alemania, su manera de entender el juego: "Es difícil de explicar. Digamos que no tenemos ni un solo diez ni un delantero único ni un lateral clave. Casi todo el mundo tiene que desempeñar varios papeles. Las tareas que cada uno tiene que realizar cambian constantemente, incluso en mitad de un partido. Eso no es fácil para los recién llegados, pero es aún más difícil para el adversario".

Promete, por tanto, su Bayern, donde contará con la crème de la crème en cada posición. Eso sí, no parece que vaya a poder contar con más refuerzos además de Upamecano. Los 42,5 millones de euros que invirtieron los muniqueses en el central más los 20 kilos que tuvieron que abonar por el propio Nagelsmann parecen haber colmado el presupuesto de un Bayern saneado, pero, como la mayoría de clubes en todo el mundo, mermado económicamente como consecuencia del Covid. Es decir, no hay margen para cumplir deseos a Nagelsmann.

No le importará. Julian siempre fue más de desarrollar talentos y pulir diamantes en bruto como es, por ejemplo, Jamal Musiala, joven perla del Bayern de apenas 18 años. Eso sí, tendrá que rendir. De inmediato. "Potencial no es igual a calidad", dijo Nagelsmann recientemente. "Tiene que ser un potencial con el desarrollo necesario y debe ser rápido. Es una falacia que, como jugador de 18 años, tengas que tener tres o cuatro años para desarrollar tu potencial. Me importa una mierda, lo que yo quiero es ganar títulos, y los jugadores también, así que tienen que progresar rápido". Ideas claras. Siempre. No hay gris para Julian.