El Bayern de Ancelotti ha virado hacia el 4-2-3-1 clásico bávaro
Su equipo sigue en construcción y recibió críticas por forzar el 4-3-3. Se le ha criticado por su mano blanda, pero no va a cambiar.
El Atlético aterriza hoy en Múnich para jugar un partido que quedó descafeinado tras el tropiezo bávaro en Rostov y que sigue dejando palpable que el Bayern de Ancelotti aún está en construcción. Los primeros cinco meses del italiano al frente del Bayern estuvieron marcados por constantes altibajos en cuanto al rendimiento y los resultados. Después de un gran comienzo con una serie de cinco victorias consecutivas en la Bundesliga, la derrota por 1-0 ante el Atlético supuso un primer punto de inflexión que tuvo como consecuencia varios resultados negativos. Se llegó a hablar de crisis tras dos derrotas consecutivas ante el Dortmund en liga y el Rostov en Champions, esta última significando la pérdida de la primera plaza en el grupo, pero Carletto permaneció tranquilo ante las críticas y parece haberle dado la vuelta a la situación.
A pesar de seguir sin convencer, sobre todo a nivel defensivo, el campeón alemán al menos vuelve a ganar y sigue en pleno proceso de adaptación a la filosofía del sucesor de Guardiola. También se llegó a cuestionar la mano blanda de Ancelotti, pero el míster italiano dejó bastante claro que no cambiará su manera de interpretar el fútbol. No quiere quemar a sus jugadores en la primera vuelta e intentará tapar los defectos de este Bayern a su manera: conversando con sus jugadores y mateniendo una relación cercana con ellos. Lo mismo ocurre con los mandamases del Bayern, Karl-Heinz Rummenigge y Uli Hoeness, quienes no dudaron en subrayar su confianza en Ancelotti a pesar de seguir diciendo maravillas sobre Pep en público. “El Bayern nunca jugó más bonito que con Pep”, dijo Rummenigge en una entrevista en Die Welt.
Ancelotti fue criticado por insistir en un 4-3-3 para su Bayern a pesar de los resultados negativos recientes hasta que decidió dar su brazo a torcer el pasado viernes ante el Mainz y optó por un 4-2-3-1, el esquema clásico del Bayern moderno. El resultado fue más que positivo. Con cuatro delanteros (Robben, Ribéry, Müller y Lewandowski) en ataque, el cuadro muniqués volvió a ser el equipo asfixiante que encierra a sus rivales hasta que marca. Podría repetir mañana.
