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LO MEJOR DE LA COPA AMÉRICA

¿Qué lecciones se llevan los equipos eliminados de la Copa?

Algunas selecciones se fueron temprano y otras duraron más de lo que se esperaba. Todas tendrán que tomar nota de sus errores.

Actualizado a
¿Qué lecciones se llevan los equipos eliminados de la Copa?
AARON M. SPRECHEREFE

Esta Copa América, un poco atrapada entre su improvisación y el nivel flojo que mostraron algunos equipos, ha despedido muy pronto a algunas selecciones, que se fueron por la puerta falsa. Es el caso de Brasil y Uruguay, que no pasaron de la fase de grupos y también de México, que tuvo que irse humillado en cuartos de final. Perú y Venezuela, por otro lado, sorprendieron llegando a la segunda ronda, aunque tampoco impresionaron. El caso de Ecuador sigue siendo muy particular: es un equipo que no lo pasa bien en torneos cortos porque basa su éxito en la localía en Quito, algo que evidentemente no sucede en la Copa. Te contamos cuáles son las lecciones que tendrían que llevarse estas selecciones.

Brasil: cambiar o cambiar

Lo hemos dicho varias veces en este espacio y lo haremos de nuevo: Brasil ha tocado fondo dos veces en dos años, y es hora de que se den cambios profundos en la canarinha. Lo peor que pudo hacer la CBF después de la humillación ante Alemania fue nombrar a Dunga como técnico. Un tipo que polariza como pocos a la afición brasileña y que no parece tener el ADN del fútbol de su país en la sangre. El pragmatismo de Dunga, su estilo hermético e incluso mezquino eran todo lo contrario de lo que necesitaba el gigante sudamericano. Brasil pedía a gritos consenso, cambios, alegría. Pedía un técnico de alto perfil o muy respetado a nivel nacional, y nada de eso sucedió.

Una de las consecuencias –además de la confianza perdida en Thiago Silva o Marcelo- fue la ridícula eliminación en primera fase de la Copa América, posiblemente en el grupo más accesible. La lección más importante es que se tiene que cambiar profundamente. Tite parece cumplir con los requisitos que hemos mencionado antes: un técnico experimentado, respetado y que puede ser ofensivo. Volverán los líderes a la selección y con ellos tendrían que regresar también la alegría y los triunfos. Y que no den por hecho que estarán en Rusia, porque en las clasificatorias están sextos y el camino es largo.

Uruguay: ¿un modelo caduco?

Lo de Uruguay fue quizás más sorpresivo que la eliminación brasileña. Los charrúas venían disputando una buena fase eliminatoria para el mundial y habían mostrado cierta regularidad desde que consiguieron el cuarto puesto en Sudáfrica. Pero su rendimiento en Estados Unidos fue lamentable. No hicieron ni siquiera un buen partido, casi no completaron 45 minutos decentes. Definitivamente, el factor más importante fue la ausencia de su mejor jugador, Luis Suárez. El delantero del Barcelona es uno de los mejores futbolistas del mundo y está claro que cuando está, Uruguay es mejor.

Pero no es suficiente para explicar el nivel paupérrimo de la selección. Con la cantidad de jugadores de primer nivel que tiene Uruguay, tendría que poder prescindir en algunos momentos de su estrella. Muslera, Godín y Cavani tendrían que formar una columna vertebral sólida. Pero no lo han hecho. Quizás tenga que ver con que la influencia de Tabárez es cada vez más escasa, y es posible que, después de diez años gloriosos al mando de los charrúas, el Maestro deba dar un paso al costado. Su modelo de fútbol, manteniendo un mediocampo muy defensivo y convocando a básicamente los mismos jugadores, parece estar caduco.

Perú: nuevos aires para renacer

Sólo por encima de Bolivia y algún equipo centroamericano, Perú llegaba a esta Copa América con la moral por los suelos y muchas voces en el país que clamaban por deshacerse de los jugadores consagrados y experimentar con jóvenes del torneo local. No sabemos si Gareca lo tenía planeado antes o si hizo caso al clamor popular, pero lo cierto es que lo hizo. No estuvieron ni Pizarro, ni Vargas, ni Farfán, ni Zambrano, ni Advíncula, y sus lugares los ocuparon chicos del torneo nacional sin mayor experiencia a este nivel. Y hay motivos para entusiasmarse.

En un grupo en el que claramente eran el tercer mejor equipo, los peruanos sorprendieron eliminando a Brasil y haciendo un excelso primer tiempo ante Ecuador. Luego, en los cuartos, mantuvieron su arco en cero frente a Colombia y prácticamente anularon a los cafeteros, y se fueron tras la ronda de penaltis. La convocatoria de Gareca ha dejado nombres interesantes: el de Gallese confirmado como dueño total de la portería, el de Trauco como alternativa por la banda izquierda de la defensa, el de Tapia, un mediocampista defensivo con un brillante futuro, y los de Polo y Flores, dos jóvenes que nunca decepcionaron. El trabajo de Cueva, liderando al equipo sólo por detrás de Guerrero, ha sido espectacular, y su experiencia en el Sao Paulo le hará crecer. También debemos mencionar el espectacular trabajo de Alberto Rodríguez en defensa, un central de 32 años que ha renacido en el fútbol peruano, y, por supuesto, la relación idílica de Paolo con la Copa. Nuevos aires en el Perú, que quiere por fin liberarse del fantasma del fracaso que lo acosa desde hace décadas.

Venezuela: la calma después de la tormenta

Todo empezó mal para la vinotinto en las eliminatorias: un solo punto en seis partidos, fuertes conflictos internos entre la Federación, el seleccionador y los jugadores, y rumores de una nueva renuncia masiva de los seleccionados. El nombramiento de Rafael Dudamel como sucesor de Sanvicente en el equipo mayor fue tomado con cierta incredulidad por los aficionados venezolanos, pero la cosa ha mejorado mucho. Los referentes se han mostrado satisfechos con la manera de trabajar del ex portero y se ha demostrado en la Copa América.

Se esperaba poco de la vinotinto en un grupo difícil, en el que tenían que enfrentar a Uruguay y México. Pero lo hicieron muy bien, imponiéndose con categoría a los charrúas y llevándose un empate trabajado ante el Tri. Después, en cuartos, se toparon con la Argentina de Messi y no tuvieron casi oportunidad de dar la sorpresa. Pero las sensaciones son buenas: hay armonía en la selección y el funcionamiento en el campo, con nuevos rostros como el de Peñaranda, dan para ilusionarse.

Ecuador vuelve a sufrir fuera de Quito

El arranque de Ecuador en las eliminatorias fue brutal. Ganaron sus primeros cuatro partidos, incluyendo una sonada victoria en Buenos Aires, y están con un pie en Rusia. De hecho, demostraron que podían ganar fuera de casa, sin la altura de Quito como aliada. El trabajo de Quinteros ha sido muy bueno, consolidando un equipo sólido y físico. Sin embargo, el estigma del mal desempeño fuera de su capital ha vuelto. La Copa América de la tricolor ha sido bastante floja: sólo pudieron vencer a Haití, y el resto fueron empates y derrota ante Estados Unidos en cuartos. Todo sin impresionar, haciéndonos olvidar el buen desempeño que mostraron en eliminatorias. Está claro que sin la localía, el equipo de Quinteros es otro. El técnico argentino deberá reformular algunas cosas pensando en las visitas que le quedan por eliminatorias.

México, el estigma de los torneos grandes sigue vivo

México es uno en la Concacaf, donde casi se pasea y gana sin pisar el acelerador –aunque eso está cambiando de a pocos-, y otro cuando tiene que enfrentar a rivales de peso. Le pasa en los mundiales: consigue pasar de ronda y siempre termina cayendo apenas le toca un peso pesado. Lo mismo ha sucedido en esta Copa América en la que eran locales, sólo que la derrota se magnificó por cómo se dio: siete goles en contra, ninguno a favor, y vergüenza total. Está claro que los cambios constantes de Osorio no ayudaron, pero la debacle tiene que ver con una cuestión mental de los jugadores: es como si no estuvieran preparados para las grandes citas. Y para cambiar esto hacen falta tiempo y paciencia, algo que no sobra en tierras mexicanas.