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GRUPO B | RUSIA

El fútbol ruso, en pleno caos a dos años de su Mundial

Sin seleccionador, sin estrellas y con un problema de ultras. Rusia está pagando el precio de que sus mejores equipos hayan apostado por extranjeros.

ParísActualizado a
El fútbol ruso, en pleno caos a dos años de su Mundial
Dennis GrombkowskiGetty Images

Tras Rumanía y Ucrania, Rusia es el tercer país que ha quedado eliminado de la Eurocopa en la fase de grupos, todo un fracaso para una selección que dentro de dos años será la anfitriona del Mundial y que a día de hoy vive en un caos en el que faltan estrellas de referencia en su equipo, el seleccionador ha dimitido y que tiene un evidente problema con sus aficionados radicales.

Leonid Slutsky dimitió de su cargo el lunes por la noche después de que País de Gales les pasara por encima (3-0) relegando a Rusia a la última posición de su grupo sin opciones de clasificarse para los octavos de final. El que fuera exitoso entrenador del CSKA, de hecho compatibilizaba los dos cargos, fue la apuesta de una Federación que decidió cambiar el rumbo en 2015 prescindiendo de Fabio Capello.

El entrenador italiano firmó como seleccionador en 2012 con la misión de clasificar a Rusia para el Mundial de Brasil, cosa que logró con suficiencia. En enero del 2014, las autoridades deportivas del país le renovaron hasta 2018 con la misión de dirigir al equipo anfitrión del torneo convirtiendo a Capello en el seleccionador mejor pagado del mundo.

En Brasil, las cosas no salieron bien y Rusia quedó eliminada tras empatar dos partidos y perder otro. Aún así, Capello fue confirmado en el cargo. No obstante, en el curso de la clasificación de cara a la Eurocopa los resultados no acompañaron y a falta de cuatro fechas para el final de la fase previa fue despedido.

“Capello era demasiado serio, no tenía química ni con los dirigentes ni con los jugadores, pero ahora se ha demostrado que el problema no era de seleccionador, era de equipo”, comenta uno de los periodistas más veteranos que siguen a la selección.

Rusia está pagando el precio de que sus mejores equipos, aprovechando una potencia económica considerable, hayan apostado por jugadores extranjeros en vez de potenciar su cantera. Ahora mismo, Rusia no tiene jugadores de referencia y los que tiene ya han dejado atrás sus mejores años. Es el caso de el portero Akinfeev, el defensa Berezutski o el centrocampista Shirokov. Por su parte, jóvenes como Kokorin, Dzyuba o Golovin no acaban de dar el salto.

Y por si fuera poco, esta Eurocopa ha sacado a la luz el problema de los ultras rusos, que han sido un dolor de cabeza para los organizadores del torneo. El comportamiento de estos exaltados es moneda de curso común en Rusia, pero la cuestión ha explotado a ojos de todo el mundo en Francia. Si en la Eurocopa han formado la que han formado a 2.800 kilómetros de Moscú, el problema puede multiplicarse exponencialmente cuando el Mundial se juegue en su casa.