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GRANADA - REAL MADRID

Pirri: “Fui a Granada para estudiar y acabé jugando allí...”

Estuvo dieciséis temporadas en el Real Madrid, jugó 561 partidos y marcó 170 goles. Pirri, un mito blanco que empezó jugando en el Granada.

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Pirri: “Fui a Granada para estudiar y acabé jugando allí...”

¿Cómo terminó jugando en el Granada en la 1963-64?

—Yo empecé a jugar en Ceuta de juvenil. En un campo de tierra que se llamaba Estadio 54 y que ahora lleva mi nombre... A Granada en realidad fui a estudiar. Me matriculé en Arquitectura. Pero el entrenador del Granada, Pepe Millán, ex del Ceuta, me conocía y me llamó.

—¿Qué le dijo?

—¿Por qué no te vienes a entrenar con nosotros y te distraes? Pero se lesionaron varios jugadores, me hicieron una ficha de aficionado y terminé debutando en Segunda. Jugué muy bien y me quedé toda la temporada.

—¿Qué jugadores había?

—Estaba Pellejero, un portero gallego llamado Otero, Gordejuela, Coll, que era de Barcelona... ¡Estaba Arsenio!

—¡Don Arsenio Iglesias!

—Un gran extremo izquierda.

—¿Y cómo encajó usted?

—Era un grupo de gente muy veterana... Yo era delantero centro. Punta o segundo punta. Fue en el Madrid cuando cambié mi forma de jugar.

—¿Dónde vivía en Granada?

—En la residencia Cides, en la calle Pintor López Mezquita. ¡Yo era estudiante, había días que ni entrenaba! Tengo muy buenos recuerdos de Granada. Es una ciudad preciosa para vivir.

—¿Y no ganaba dinero?

—Me daban 4.000 pesetas al mes, que era lo que me costaba la residencia. No cobré ni un céntimo más que eso.

—¿Tiene alguna anécdota?

—Después de Pepe Millán entró Ignacio Eizaguirre. Fuimos a jugar a Ceuta, mi ciudad y mi antiguo equipo. Yo era el máximo goleador del Granada. Le dije a Eizaguirre que no quería jugar. Además, yo seguía perteneciendo al Ceuta, que se jugaba el descenso. Eizaguirre me hizo caso, un detalle.

—¿Qué pasó al terminar la temporada?

—Yo quería terminar los estudios de Arquitectura y podía ser en Madrid o en Barcelona.

—¿Cómo fue su fichaje?

—Primero vino el Espanyol entrenado por Kubala. Yo pertenecía al Ceuta, así que les dije que se arreglaran entre ellos. O que me hicieran ficha de amateur como tenía en el Granada. Y firmé con ellos como aficionado por tres años, con la promesa de que si les interesaba, comprarían mi ficha al Ceuta.

—¿Qué paso después?

—Que vino un emisario de Antonio Calderón, gerente del Madrid. “Lo siento pero acabo de firmar con el Espanyol”, le dije. Pero el Espanyol se echó atrás y acabé en el Madrid, con el contrato que me había hecho el Espanyol. En mi segundo año el Madrid me compró al Ceuta.

—Así que su primer año en el Madrid en realidad pertenecía al Ceuta. Qué jugaba, ¿los partidos de los jueves?

—Entrenaba con el primer equipo pero la plantilla era de 32. Iban 16 por un lado, los que competían, y 16 por otro, para jugar amistosos. ¡Yo no entraba en ninguno de esos dos equipos! ¡Yo era el jugador 33!

—No puedo creerlo...

—¡Si yo no jugaba ni los partidos de los jueves! A mí me decía Muñoz: “Chaval, entrena un poco a los porteros...”. Pensaban cederme al Córdoba.

—Vaya...

—Y sucedió un jueves que, estando yo de suplente, Daucic hizo pidió el cambio. Muñoz me metió a mí y lo hice bien. Luego jugué algún amistoso con los suplentes con Moleiro de entrenador. Y fueron Moleiro y Santamaría quienes le dijeron a Muñoz: “Tienes a un chavalín que corre y juega mejor que ninguno”. Hasta que debuté ante el Barça, que ganamos 4-1 y Amancio metió tres. Y en diez días jugué ese partido, otro ante el Atlético que ganamos 0-1 y un partido de Copa de Europa contra el Dukla de Praga...