Kepa impide la merecida victoria del Huesca en El Alcoraz
El Valladolid se adelantó en el minuto 6 por medio de Rodri y mantuvo la ventaja casi hasta el final. En el minuto 84, Machis logró la igualada tras 13 disparos a portería.
Fue un escándalo, una suerte de pim, pam, pum en el que Kepa siempre sacaba una mano, o las dos, para despejar o atrapar los disparos de los oscenses. Hasta 13 veces necesitó chutar el equipo de García Tevenet entre los tres palos para empatar. Se diría que el gol de Machis hacía justicia, pero lo cierto es que se quedó corto.
El partido se le puso pronto muy de cara a los visitantes. Tras cinco minutos de tanteo, Óscar consiguió filtrar un pase a Mojica en carrera y el colombiano puso el balón en el centro del área, donde apareció Rodri para marcar. En honor a la verdad, el punta pucelano hizo la zancadilla a Morillas lo que le permitió llegar con ventaja a la zona de remate. El tanto dejó tocados a los locales y dio paso a unos buenos momentos de control visitante que, sin embargo, sólo tiró a portería una vez más en el primer tiempo por mediación de Mojica, pero su disparo se fue alto.
Al Huesca le costó 16 minutos entrar en el partido. Fue Camacho el que puso a prueba a Kepa con una falta directa, mientras Moya lo intentaba por dos veces. Los nervios, entonces, produjeron una serie de agresiones que Eirez Mata y sus auxiliares no castigaron con contundencia.
El paso por los vestuarios calmó los ánimos y dio paso al verdadero recital de Kepa. De esta manera, los oscenses empezaron a jugar muy directo, con más fuerza, llegando, sobre todo, por la banda izquierda donde Moyano se las vió y deseó para detener a Machis que disparó a portería desde lejos como lo hicieron también Fran Mérida o Tyronne. El Valladolid intentaba aguantar el chaparrón y Del Moral estuvo cerca de marcar, pero su disparo lo detuvo, en su única parada del encuentro, Leo Franco. De nuevo Mérida, Mainz, Carlos David, Luis Fernández y Machis pusieron a prueba a Kepa hasta que este último en el disparo 13 a puerta de su equipo marcó a la salida de un córner. No lanzarían más, todo lo contrario de los pucelanos que con un disparo de Tiba pudieron, al final, llevarse los tres puntos. No hubiera sido justo.