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Atlético de Madrid

Jésus Gámez: “Ahora ya sé por qué me costaba defender a Arda”

Con Jesús Gámez (Málaga, 1985) da gusto hablar de fútbol. Los ojos le brillan si en la conversación sale un balón. Ha cumplido 200 partidos en Primera.

MadridActualizado a
Jésus Gámez: “Ahora ya sé por qué me costaba defender a Arda”

Cumplió 200 partidos en Liga ante el Getafe, equipo ante el que debutó. ¿Se acuerda?

—¡No lo había pensado! Sí, claro. Estaba para salir pero nos metieron un gol y pensé: “Vamos a ver si el míster no cambia de opinión”. Pero no...

—Tiene un curioso récord: es el futbolista con más partidos sin gol. Y eso que se lo prometió a su hija. Que marcaría antes de su Comunión. Faltan tres años.

—Bueno... Ya queda menos, eh (risas). La niña cuando era pequeña me decía: “Papá, ¿y tú por qué no metes goles?”. Y yo intentaba explicarle que era defensa, pero no lo entendía. “Antes de tu Comunión marco”, le prometí. Pero me la voy a tener que traer a un entrenamiento, hablar con el portero y que se deje, si no... (risas).

—Empezó con 4 años. ¿Tan pronto le picó el fútbol?

—No me picó. Lo llevaba dentro. Mi madre lo decía. Que yo no quería juguetes. Sólo pelota y pelota. Y, si en el recreo me la quitaban, un tapón valía.

—¿En qué posición comenzó?

—Mediocentro. Fue al llegar a la selección malagueña cuando el entrenador me puso de lateral y así estuve varios años, que si mediocentro, que si lateral... Pero al llegar al Málaga el medio estaba muy ocupado (sonríe), así que me pasaron al lateral y ahí me quedé...

—¿Había jugado antes en el lateral izquierdo?

—Sí, en bastantes sitios diferentes al del lateral derecho.

—¿Y cómo es eso de jugar a pie cambiado?

—El nivel de concentración debe ser mayor. Estás habituado a ciertos movimientos y cuando te los cambian has de adaptarlos lo máximo posible.

—¿Qué cuesta más?

—El primer control. Orientar hacia delante la pelota cuanto te viene. Muchas veces lo tienes que hacer con la pierna izquierda. Después ya son recursos del juego que tienes e igual ahí ya no se te dificulta tanto.

—¿Qué le pidió el Cholo cuando le dijo: “Vas a jugar en la izquierda”?

—Que aportara lo máximo de mí, que estuviera fuerte en defensa y que en ataque poco a poco me fuera soltando.

—¿Qué impresiona más de Simeone?

—La confianza que transmite. Te hace sentir importante desde el primer minuto. Es el indicado para estar hasta 2020.

—Usted encarna su filosofía, la del partido a partido. Poquito a poco, pero sin descanso, ¿no?

—Sí, esa ha sido mi trayectoria. Mi gran ventaja siempre fue la constancia. No decaer. Y, para esta dinámica, donde al principio no juegas, eso es lo que al final te da el resultado.

—Sí, porque en el Atleti no hay titulares fijos. Ni suplentes.

—Sí. Por eso te decía eso de que el Cholo te hace sentir importante desde el minuto uno. Puedes estar fuera algunos partidos pero te toca uno importante y has de estar. El último caso es Oblak: se lesionó Moyá, entró y está al nivel.

—¿Qué pensó cuando le dijeron que el Atleti le quería?

—Que estaba haciendo las cosas bien en el campo.

—Llevaba desde los 15 años en el Málaga y nunca le faltaron novias. ¿Por qué ahora?

—Necesitaba sentir otra vez ilusión por un reto y era el momento. Fue una decisión complicada. Es mucho lo que dejas atrás, pero, ¿quién sabe?, quizá algún día pueda volver.

—Como Torres...

—Yo no sabía la repercusión que podía llegar a tener. Es un ídolo aquí. Y aporta muchísimo. No sólo dentro. Es una gran persona.

—En Málaga siempre decía que no se veía sin el dorsal 2. Pero llegó al Atlético y tenía ya dueño: Godín.

—Sí. Y me tuve que adaptar, pero... ¿tú ves normal que un central lleve el 2? (risas).

—¿Qué rojiblanco le sorprendió más al llegar aquí?

—Koke. No sólo técnicamente. También por su sacrificio.

—Se medirán al Madrid en Champions. Usted conoce bien a Isco. ¿Cómo se le frena?

—Hay que anticiparle, no dejar que reaccione con la pelota. Piensa muy rápido.

—¿En el Málaga ya le veía todo lo bueno que iba a ser?

—Yo lo tenía clarísimo. Su hermano jugaba conmigo en Liga Nacional y él andaba siempre por ahí, con la pelotita. Se le veía, sí. Y no por sus cualidades. Por su cabeza.

—Cuando usted estaba allí, ¿a qué jugador rojiblanco le costaba defender más?

—Me había tocado Arda y ahora, tras verle día a día, ya sé por qué era tan complicado (sonríe).

—Cómo rezaba en los penaltis del Leverkusen. ¿Cómo se vive algo así en el césped?

—Fue complicado. Nunca había estado en una tanda y, empezar perdiendo, con el fallo de Raúl, dices: “Ay, a ver...”. Pero, después, la recompensa fue también mayor…

—En Málaga vivió la parte dura: cuartos, el Dortmund y su remontada en el descuento.

—Fue difícil. Cuando pitó el árbitro, piensas que lo perdiste por no saber llevar esos últimos minutos. Lo peor fue al llegar al vestuario. Teníamos muchas teles, y ahí vino la indignación.

—La Champions ya les debe una a usted y a este Atleti...

—Cuando en fútbol te pasa algo así no debes mirar atrás. Pasó por algo y ya, has de seguir adelante. ¡Ojalá nos deba algo y nos lo dé este año!

Es un portento físico y el más bromista del vestuario

El lateral izquierdo del Atlético es de Jesús Gámez. El andaluz le ha ganado la partida a Siqueira y a Ansaldi, quienes, en principio, luchaban por esa banda izquierda del Calderón. Gámez llegó esta temporada para intentar pelearle el puesto a Juanfran en la derecha y ha terminado en la zurda. Su tesón ha sido su baza. También jugaron a su favor errores defensivos como los de Siqueira en Leverkusen y la lesión de más de tres meses del argentino. Quizá su secreto es que siempre confió en sí mismo. Incluso cuando no jugaba un minuto: “Debo estar bien para cuando me toque”, repetía a sus íntimos. Muy familiar, acusó el salto Málaga-Atlético y las exigencias de jugar en uno y otro. Su mujer y su niña fueron la razón para seguir luchando. Su carácter abierto (es uno de los más bromistas del vestuario) hicieron el resto. En su tierra, Fuengirola, es muy querido. Más por su faceta humana que futbolística. Colabora y ayuda a gente que no ha tenido la suerte de llegar a la élite. Y en el Atlético, encanta. El Profe Ortega vio desde el primer minuto que físicamente estaba muy bien y desde el punto de vista técnico, el Cholo está satisfecho con su evolución: al principio sólo defendía en esa banda zurda. Ahora ya sube al ataque. Se ha adaptado a jugar a pierna cambiada y cada partido tiene más desparpajo en ataque. Además, el Atleti, con él, tiene una nueva arma: sus largos saques de banda dentro del área. —F. J. Díaz