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Villarreal - Barcelona

El club amarillo: “El fútbol nos debe una final y una alegría”

El Villarreal y sus aficionados siguen teniendo en la retina y en su recuerdo, aquel penalti de Riquelme que hubiera abierto las puertas de la final de Champions de 2005-2006.

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El club amarillo: “El fútbol nos debe una final y una alegría”

El Villarreal y sus aficionados siguen teniendo en la retina y en su recuerdo, el que sin duda fue el momento más especial y a la vez más duro de su historia. Aquel penalti de Riquelme que hubiera abierto las puertas de la final de Champions de 2005-2006, dejó a los castellonenses a las puertas de la gloria y con la miel en los labios. Aquel día la mayoría de los que allí estuvieron, aceptaban resignados que iba a ser complicado vivir una experiencia de ese calibre y repetir una vivencia como aquella.

Pero desde el club y sobre todo Fernando Roig, nunca se resignaron a que esto fuera así y siguieron pensando que era posible. Quedó demostrado cinco temporadas después, cuando llegó la opción de poder llegar a la ansiada final y otra vez en competición europea. Pero el Oporto de Falcao lo impidió, y lo hizo ya con una goleada en el partido de ida, dejando la vuelta y la fiesta de El Madrigal en un mero trámite. Aquello dejó a los aficionados sin la sensación de fiesta y de épica, que si se vivió frente al Arsenal y que llevaban tanto tiempo queriendo repetir. Una sensación que ahora si se tiene, o al menos si se cree en ella y, por tanto, se quiere volver a disfrutar a tope. Desde el entorno del club se asegura que “el fútbol le debe una final y una alegría a este equipo” y esperan que pueda ser ésta. Es como si no hubiera pasado el tiempo y el Villarreal tuviera ante sí otro penalti como aquel, pero esta vez con más experiencia. Por ello los aficionados tiene claro cómo afrontar este reto, lo hacen con la idea de disfrutar igual desde el primer minuto y pelear hasta el final. Además se repetirá todo aquello que ya se hizo en ese partido, todo lo que muchos recuerdan como uno de los mejores días de la historia. Se esperará al equipo a su llegada, se le recibirá y acompañará a las puertas del campo. Además la sangría y la fiesta empezará muy pronto, todo con la idea de que los aficionados lleguen al partido convencidos de que es posible.

Ya dentro del campo, 20.000 globos recibirán al equipo desde la grada, para que al ser explotados ayuden a crear el ambiente inicial y se viva una traca inicial. Y a partir de ahí, desde la agrupación de peñas se pide que se anime al máximo y que no se pare hasta el final. Desde la misma agrupación se pide “teñir de amarillo la grada” y que no haya nadie de los aficionados del Villarreal que acudan al partido “lo haga de otra forma”. Se pretende una noche especial... que tenga final feliz.