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ESPANYOL

La muerte de Lara cierra un capítulo en la historia perica

"La familia Lara seguirá anímicamente con el Espanyol, pero funcionalmente, no", comentó en su última entrevista a AS.

Actualizado a
José Manuel Lara Bosch
CARLOS MIRADIARIO AS

José Manuel Lara Bosch, quien fuera máximo accionista y vicepresidente del Espanyol, falleció ayer a los 68 años debido a un cáncer de páncreas que se le detectó en 2011. Los restos mortales del dueño del Grupo Planeta reposan desde hoy a partir de las 13:00 en el Tanatori de Sant Gervasi y mañana, a las 13:00, se celebrará la misa en su memoria en la basílica de La Concepción de Barcelona. Con su muerte, y tras la venta de sus acciones en 2009 (únicamente poseía ahora una cantidad reducida), se cierra el capítulo de la familia Lara como protagonistas de la historia del Espanyol.

Vida perica. El editor fue una de las personalidades más importantes y controvertidas en la entidad blanquiazul desde que en 1995 entrase en el Consejo de Administración tras el fallecimiento de su hermano Fernando en un accidente de coche.

Perico de cuna, como lo es toda su familia, a José Manuel no le tiraba tanto el fútbol como a su hermano. Asumió la vicepresidencia del Área Social, demostrando que la familia Lara seguía implicada en el Espanyol pese a ese trágico suceso. El prestigioso empresario fue uno de las directivos que apoyó la venta de Sarrià junto con el presidente Francesc Perelló, y finalmente se concretó el 27 de junio de 1997 en una maratoniana Junta Extraordinaria en el Hotel Barceló Sants. En esa misma asamblea, Dani Sánchez Llibre —quien fuera posteriormente su oponente— fue escogido presidente.

Lara, en una de sus últimas decisiones desde dentro de la entidad, apoyó que el Espanyol no cambiara el nombre al pasar de Sarrià a Montjuïc, como se veían rumoreando y como finalmente se declinó en una reunión entre los dirigentes más importantes del club. Dimitió de su cargo el 28 de abril de 1998 después de ser criticado desde varios frentes por hacer pagar a los socios en las visitas del Real Madrid y Barcelona a Montjuïc. “Si no me quieren, me voy. Quizás el socio no es bastante forofo”, comentó en su momento.

A partir de ahí, y como máximo accionista del club pero lejos del órgano de control, la guerra Lara-Dani fue la historia de gobierno del Espanyol. En 2004, alcanzaron un pacto ficticio, el del Windsor, que desembocó en unas elecciones, en 2006, en las que Dani ganó a Claudio Biern, candidato de Lara. El máximo accionista perdía su último pulso en el Espanyol y en 2009, hastiado de la entidad, decidió vender sus acciones y cederle todo el poder a Ramon Condal y Dani Sánchez Llibre. AS le hizo la última entrevista en diciembre, en la que aseguró: “La familia Lara seguirá anímicamente con el Espanyol, pero funcionamente no”.