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Feyenoord - Sevilla

Bañera sin hinchas sevillistas

Vetada la afición, los de Emery se la juegan en De Kuip (19:00, Cuatro). En los últimos cinco partidos el Feyenoord no ha encajado ni un gol.

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Bañera sin hinchas sevillistas

Se ha parido raro este Feyenoord-Sevilla. Primero, el club consideró prudente no vender entradas para el partido. Varios avisos policiales recomendaron disuadir a la afición de la idea de conocer De Kuip. La Legión, considerado el grupo ultra más peligroso del mundo, formó un alboroto con 20 detenidos en Rijeka y otro con los aficionados del Standard. Ayer, Pepe Castro insistió en el mensaje. El sevillista que esté en Rotterdam debe abstenerse de llevar prendas identificativas. Una mala secuela ochentera de la época hooligan y una pena porque La Bañera es un clásico del fútbol europeo. El Feyenoord fue el primer club holandés en ganar en la Copa de Europa (1970) y hasta le robó al Ajax, en el fin de sus días, la exclusividad en Holanda de Cruyff, quien molesto con el club que le dio fama por considerar se cambió de bando y ganó el doblete en 1984. Hoy el Feyenoord, ya fue explicado en la ida, es menos. Concretamente, el 121 de Europa según el ranking UEFA. Su prestigio como entidad, sin embargo, continúa intacto. Y como equipo también. En los últimos cinco partidos no ha encajado ni un gol. Respeto.

El Sevilla sintió el cambio de temperaturas tras bajarse del avión y corroborar que los cinco grados de Rotterdam no se asemejaban a los 18 de Sevilla. El entrenamiento realizado en el estadio De Kuip no despejó grandes dudas sobre cuál será el once sevillista, pero evidenció que el frío ya condicionaba a unos jugadores incluso sorprendidos.
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El Sevilla sintió el cambio de temperaturas tras bajarse del avión y corroborar que los cinco grados de Rotterdam no se asemejaban a los 18 de Sevilla. El entrenamiento realizado en el estadio De Kuip no despejó grandes dudas sobre cuál será el once sevillista, pero evidenció que el frío ya condicionaba a unos jugadores incluso sorprendidos.Morenatti / enviado especial

El Sevilla llega instalado en una mini-crisis. A una victoria del liderato hace tres semanas, cayó en San Mamés y desde entonces no se ha repuesto. Como el fútbol va de etiquetas, a Emery se le reprochan las tres derrotas severas de este curso ante los grandes (2-0 ante el Madrid en Cardiff, 4-0 en el Calderón y el 5-1 del Camp Nou). Las mismas, sin embargo, han llegado en un contexto de altas expectativas y eso pesa en la afición.

El paseo por Holanda le vendrá bien. Para empezar, la UEFA ha reconocido esta semana su título de la temporada pasada con la nominación de Beto (y Rakitic) entre los cuarenta mejores futbolistas de sus competiciones. Además, saldrá de la rutina de la Liga. Encuentra una situación cómoda en el grupo, pero no definitiva. Un empate no sería suficiente para cerrar el pase del campeón a dieciseisavos. Anda el Sevilla tocado del flanco izquierdo, sin Navarro ni Tremoulinas. Después del experimento fallido de Diogo, podría entrar Kolo. Mbia oxigenará el centro del campo y aparecerá Reyes, que espacia cada vez más sus apariciones. Ante el Standard frotó la lámpara y luego se lesionó. Hoy reaparece y lo agradece su equipo, falto de encanto. Que vuelva la alegría.