Isco pondrá el ángel en Granada y Joaquín Caparrós, el demonio

Joaquín Caparrós tiene cierto parecido con el actor Michael Keaton, protagonista, entre otras películas, de Bitelchus, de un Batman del peso ligero y de un periodista de raza en la magnífica y poco reconocida Detrás de la noticia. Como todo personaje tiende a su caricatura, Caparrós nos ofreció ayer una inesperada imitación de Michael Keaton (pasado por Utrera), incluidos sus rasgos actorales más histriónicos.

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Joaquín Caparrós también es estudiante de periodismo, de modo que sabe cómo se elaboran las entrevistas y cómo se colocan en el escaparate de una portada. Tampoco se le escapa el efecto de una sonada indignación. La estrategia es vieja y admite diferencias estilísticas. Se trata de invocar al “puto amo”, de rasgarse la camisa, de señalar a enemigos terribles y, en última instancia, de agitar a los jugadores propios. No olvidemos que el Granada acumula cinco jornadas sin ganar y viaja a cuatro puntos del descenso.

Qué se puede hacer en semejante circunstancia, qué hacer ante la visita del Madrid, un equipo que encadena diez victorias seguidas. Probablemente, Caparrós no tenía alternativa, aunque equivocó las formas. Blasfemias al margen (en horario infantil), rasgar el periódico fue un gesto que le iguala a otros descuartizadores de periódicos, gente poco edificante por lo general. Además de una traición al periodismo que estudia, fue un desprecio a Keaton y a Batman. Demasiados fiambres en el camino para motivar a los muchachos.

Entretanto, el Madrid se presenta sin una sola nube en el horizonte. Bale sigue sin recuperarse, pero a nadie le inquieta el retraso con Isco en modo estelar. Da miedo pensar de lo que será capaz el malagueño a 125 km de su casa. Quizá haya futbolistas mejores, pero hoy en día ninguno es tan seductor. Pepe y Modric, dudas apuntadas por Ancelotti, se entrenaron en condiciones y viajaron con el equipo. Varane y Khedira estarán ojo avizor.

En el Granada se lo pierden Piti (sobrecarga) y Fran Rico (sanción). El resto de los jugadores nos dirán si la furia del técnico sirve de algo. Si romper periódicos arregla equipos, el futuro del papel estará asegurado. Algo es algo.