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BARCELONA | JOAN LAPORTA

“Estoy listo para presentarme”

Compareció con el subidón de una sentencia favorable, de tener el móvil lleno de mensajes, algunos de ellos de jugadores de la plantilla actual, de Cruyff o de Guardiola.

Actualizado a
Máxima expectación en el Col·legi de Periodistes para escuchar a un Laporta desencadenado que demostró que sigue en plena forma y que va a dar guerra.
Rodolfo Molina

Como Popeye después de comerse las espinacas. Así compareció Joan Laporta en una rueda de prensa de casi hora y media en la que valoró su victoria judicial en el caso de la Acción de Responsabilidad por la que quedan, pendientes de un posible recurso, liberados él y sus directivos de pagar 47,9 millones.

“Nos dolía que en estos tiempos de corrupción diaria, la gente nos metiera en el mismo saco que a muchos políticos. La gente piensa con razón que “no hi ha un pam de net” (no hay un palmo limpio), pues bien, ha quedado claro que el ‘pam’ limpio somos nosotros”, afirmó Laporta desafiante.

Sin leer un nota, sin llevar nada preparado y sin ganas de dar por acabada una maratoniana rueda de prensa sin límite de tiempo, preguntas o tema, Laporta regresó al primer plano como si no hubiera pasado un lustro de su mejor época.

Aunque algunos de sus colaboradores hubieran preferido un tono más neutro teniendo en cuenta que hoy la junta del Barça puede arruinar económicamente a ocho de ellos si decreta el recurso a la decisión del juez Borrego, Laporta no dejó escapar la oportunidad de marcar territorio.

“No descarto presentarme y ser candidato. Pero no me tomo esta sentencia en clave electoral. Lo que está claro es que como ya lo he hecho antes, sabemos como hacerlo, y estamos listos. No me considero oposición pero si puedo aportar algo me presentaría”, dijo Laporta.

Por un lado, pidió a los actuales gestores del club que entierren cualquier opción de recurrir la sentencia y que retiren todos los procesos judiciales abiertos contra sus antiguos colaboradores, mientras que por el otro se mostraba como una amenaza electoral latente que está ganando músculo. Y los filetes para hacer crecer esta musculatura provienen de la carnicería que ha instalado en el Camp Nou la junta actual con su torpeza.

Comenzó Laporta expresando su alegría por el hecho de que “haya quedado demostrado que el Barça no estaba arruinado, dejamos un club solvente. La historia ya decía que dejamos un club socialmente incontestable con aumento de socios y el prestigio de Unicef y deportivamente en la cumbre, ganando todos los títulos más el 2-6 del Bernabéu. La única sombra que nos podían echar era la gestión económica. Lo intentaron instrumentalizando la asamblea, pero el juez les ha dicho que no. Querían parecer arruinados para hacer tratos con Qatar”.

Recados. Aunque la prudencia ante la reunión de la junta del Barça recomendaba lo contrario, a Laporta es imposible mantenerle dentro de un molde y no perdió ocasión de mandar una serie de recados a los actuales gestores del club.

De entrada les dejó claro que “de ellos no espero nada, si van a recurrir o no sólo lo saben ellos. Son ellos los que se han metido en este jardín y son ellos los que tienen que salir de él. Lo único que pido es que si ponen un recurso, que no sería beneficioso para nadie, lo paguen ellos. Un recurso dejaría claro que siguen instalados en el resentimiento, que es la negación de la bondad de aquello que envidias, y que no saben perder”.

Laporta defendió en todo momento que en el 2003 “nos tendieron una trampa con lo de los ocho días que valieron por un año, todo eso lo sabía una serie de gente” y añadió que “el hecho de que no esté ahora Sandro Rosell en la presidencia y esté Bartomeu no cambia nada, son las dos cara de la misma moneda. Sólo hay que ver las imágenes de la votación de la asamblea manipulada. Uno es un presidente que se escapó sin dar explicaciones y al otro no le votó nadie. No ha cambiado nada.”

De Rosell añadió que su voto en blanco en la asamblea “no fue bueno, se escondió”. Y concluyó con una declaración de principios sobre lo que debe ser el Barça que a más de uno le sonó a eslógan electoral: “Mi Barça es Cruyff, Masia, Catalunya y UNICEF”. Laporta ha vuelto.