VALENCIA 3 - ELCHE 1
El Valencia se luce ante Lim
Mustafi, Parejo y Lombán, en propia puerta, hicieron los goles de los locales. Debutó Álvaro Negredo. Jonathas marcó el tanto del Elche.
A Peter Lim el Valencia le dio la segunda alegría del fin de semana. La primera, la propia venta en sí. La segunda, lógicamente, la victoria de sus ya jugadores. Mestalla le puso la alfombra al magnate asiático y hasta la defensa del Elche le quiso dar la bienvenida. Cuanto menos los ilicitanos hicieron poco para amargarle el día. Al contrario, porque más allá de fastos, el partido lo resolvió el Valencia de córner en córner y tiro porque me toca. Todos ellos mal defendidos por los de Fran Escribá, incluyendo además un gol en propia puerta de Lombán.
Con jefe nuevo en la oficina, al que conocieron los de Nuno a mediodía en el hotel de concentración, los blanquinegros sumaron la quinta victoria en casa en otros tantos partidos. Lo hicieron, además, como están acostumbrando a los suyos. Por la vía rápida. Olvidándose pronto del traspiés en A Coruña. En 17’ el marcador ya dibujaba la silueta de un Everest para el Elche (2-0). Cierto es que aún con empate Rodrigues se plantó solo ante Diego Alves y todo su equipo reclamó penalti tras aparecer por detrás Javi Fuego, aunque el africano casi que estuvo más pendiente del contacto que de preparar la caña.
Lo dicho, en sendos córners, primero Mustafi y después Parejo, en ambos ante la inoperancia de sus defensores, el Valencia encarriló la velada. Apenas hubo ya partido, al menos en su concepto de tira y afloja entre dos rivales. Porque para cuando Jonathas hizo el gol del honor de los ilicitanos, no solo Lombán había hecho sin querer el tercer para los de Nuno sino que además el minuto 90 se había cumplido.
La noche, para que aún fuera más redonda para Peter Lim y la afición blanquinegra, fue también la del debut de Álvaro Negredo, el fichaje estrella de Rufete, la bomba que dijo Nuno y al que sin el aval del asiático no estaría hoy por Mestalla. Negredo no jugaba desde mayo, y quizás por ello la puntería le jugó una mala pasada en la única ocasión que tuvo.