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ATLÉTICO 2 - EIBAR 1

La pizarra salva a un gris Atleti

Dos goles a balón parado de Miranda y Mandzukic en el primer tiempo dieron una sufrida victoria a los de Simeone. Abraham recortó distancias para una gran Eibar que rozó el empate.

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La pizarra salva a un gris Atleti
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En una cosa tuvo razón Gaizka Garitano en su famoso discurso previo al partido: el Atleti no jugó a nada. Sorprendentemente, se equivocó en aquello que explicó con palabras de barra de bar y define a este equipo campeón, que al fin levantó la copa de la pasada Liga: los de Simeone (esta vez en el palco) no mostraron su característica intensidad. Y sin ella ni Arda ni Tiago, el Atleti se convierte en un equipo vulgar. Por fortuna para sus aspiraciones, no le falló el otro pilar de su éxito, la estrategia. Dos goles de cabeza a balón parado, tres puntos más sufridos que merecidos y a encarar el parón con muchas tareas por acometer. Tanto el palco, fichando el indispensable atacante con velocidad y calidad, como el Cholo, encajando las piezas nuevas y reavivando la vieja hambre.

El que puede descansar tranquilo, pese al lógico chasco de quien se ganó algo más, es el Eibar, cuyo estreno en Primera está mereciendo ovación. Sin embargo, para un equipo tan bien trabajado, se dejó la vida en dos errores imperdonables. Todo el mundo sabe que, aunque le defiendas perfecto, el Atleti puede destrozarte en cualquier córner o falta lateral. El Eibar ni siquiera le hizo trabajárselo.

Tras un arranque prometedor, quizás aún animados por el homenaje previo al partido, el Atleti se adelantó a los 12 minutos. Koke sacó un córner y Miranda, incomprensiblemente solo en el primer palo, cabeceó a la red. Y a los 25’ fue Gabi el que sacó una falta y Mandzukic el que se elevó con escasa oposición para marcar con otro testarazo. En qué estaba pensando la defensa armera en ambos tantos es un misterio.

Durante esa primera media hora, el Atleti dio algunas falsas esperanzas a su hinchada. Griezmann aparecía bastante entre líneas, más animado, y Koke lo agradecía. Fue un espejismo, pero también un hilo del que tendrá que tirar Simeone. Con el 2-0, los rojiblancos cometieron un error impropio: se confiaron. Y el Eibar les castigó de inmediato. Avisó Javi Lara, que va para jugador revelación de la temporada, con una falta directa que despejó Moyá y golpeó Abraham con un golazo. Tras una combinación perfecta con Ángel y Arruabarrena (mucha calidad en su taconazo), el zurdo la puso en la escuadra con la derecha. Imparable.

Era el minuto 33 y ahí se acabó el Atleti, cuya descomposición fue progresiva hasta derretirse completamente en el segundo tiempo. El partido dejó en mal lugar a Mario Suárez, impreciso, pitado por la grada y que pudo irse a la calle si Prieto Iglesias no llega a perdonarle la segunda amarilla en 65’. Para sorpresa general, el canterano no fue sustituido y ha sido titular en tres de los cuatro partidos oficiales. Tiago sólo lo fue en uno, la vuelta de la Supercopa. Casualmente, el único que jugó bien el Atleti.

Sin mucho más que corazón y los detalles de Lara y Dani Nieto, el Eibar rondó el empate en el último cuarto de hora. Agotado o descentrado, el Atleti incluso recuperó errores defensivos del oscuro pasado. Así, Bóveda cabeceó a bocajarro fuera por poco y Ángel, ya en el 87’ y con el Calderón enmudecido, cruzó demasiado, mano a mano con Moyá, gracias a la rápida reacción de Siqueira. El pitido final evitó que el susto se convirtiera en drama.

Así el Atleti logra una prórroga para reiniciarse y aplacar las crecientes dudas de un sector de la afición en permanente estado de pánico. Tan cierto es que las sensaciones son malas, como que el equipo cierra estas dos semanas con un título y cuatro puntos. Hay tarea, sí, pero también margen. Simeone y cía se lo han ganado.