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BRASIL 1- SERBIA 0

Brasil enseña dudas en Morumbí

Brasil ganó a Serbia con un solitario gol del nueve de Scolari en el 58’. Felipao alineó a los titulares pero la canarinha no funcionó. Neymar, difuso.

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Brasil enseña dudas en Morumbí
PERFORM

Un gol desde el suelo de Fred, con cierto aire al que marcó en la final de la Confederaciones, le evitó a Brasil una semana incómoda antes de su debut el próximo jueves ante Croacia. Para el minuto 58, en Morumbí, territorio del Sao Paulo, ya había murmullos y algún nostálgico de Luis Fabiano, héroe de la casa. Fred, uno de los fieles de Scolari, los limpió. Brasil es fiable. Podría pensarse incluso que es gran favorita por su rocosa de defensa, su sistema de faltas escalonado y su efectividad. Su plan es parecido al que le dio réditos en 1994 y 2002. Pero hay algo, además de ese juego viscoso que provoca pitos (los hubo y acentuados en el minuto 86 por excesivo conservadurismo), que genera cierta inquietud. Desterrado el jogo bonito, esta propuesta sólo es fiable si Brasi es Hexa. Lo contrario será el caos.

Después del dulcecito de lunes con Panamá (4-0), Felipao se puso delante a Serbia para no crearle falsas expectativas al país. Algo le tiene desconcertado y lleva días repitiendo que algo no le convence en el entorno. La atmósfera de euforia, cierta relajación en los entrenamientos. Su cara lo denota y ciertos gestos de crispación de sus jugadores también. Esa preocupación empujó a Felipao a alinear su once de oro, el que derrotó a España en la final de la Confederaciones y el que jugará, salvo novedades (tal vez Willian por Óscar), el partido inaugural ante Croacia.

Delante, Serbia, selección en renovación dirigida por Drulovic, aquel extremo que destacó en el Oporto que dirigía Bobby Robson a principios de los 90. Un equipo sin el Mundial en el horizonte pero con retos por la juventud de talentos como Tadic o Mitrovic y la categoría de otros como Ivanovic, Jojic, Matic o Markovic. Y con ganas de competir. La tarjeta de presentación de los serbios, orgullosos como pocos, fue una patada a Neymar en el segundo veinte y dos tarjetas en la primera parte (Petrovic, Matic) de un amistoso que debía ser una convención de paz antes del Mundial. Es de imaginar que Brasil no lo puso todo con el debut a seis días vista pero si Scolari quería un buen sparring, en Serbia chocó lo que se puede cruzar ante Croacia, México e incluso Camerún. Los balcánicos pusieron en problemas a un equipo en el que Óscar naufragó, Hulk se ofuscó y Neymar fue frenado a base de faltas. Scolari sabe bien cómo se juega a esa carta. Tres tiros fuera de Fred, Daniel Alves y David Luiz es lo más que hizo la canarinha hasta el descanso. Eso sin contar ciertos apuros en defensa, con Daniel Alves en descenso sufriendo ante Kolarov…

Scolari señaló a Óscar e introdujo a Willian tras el descanso. Ese puesto baila en Brasil. Pero las sensaciones en Morumbí no eran buenas hasta que Fred aprovechó un error inusual en Ivanovic para hacer un control orientado y marcar con oficio y talento. El 1-0 fue una liberación para Brasil, que pese a todo no terminó de hilvanar fútbol y no encontró al mejor Neymar, asfixiado en la izquierda y difuso entre líneas. Muy lejos de su mejor versión. Hasta se pudo llevar un susto en un cabezazo de Jojic que pegó el palo después de un espectacular centro, qué zurda, de Kolarov. A Hulk se la anuló injustamente un gol y Brasil acabó entre pitos por su excesivo conservadurismo.