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COPA CONFEDERACIONES

El 15-M de Brasil pone el foco en el partido entre España y Tahití

Miles de activistas se citan por internet en el España-Tahití para seguir con las protestas por el gasto público en la Copa Confederaciones y en el Mundial del año que viene.
Alemania - España: amistoso internacional

Río de JaneiroActualizado a
PROTESTAS CONTRA EL GOBIERNO. La Policía dispersa a los indignados brasileños utilizando gases lacrimógenos.

Las redes sociales echan humo en Brasil. Tras las multitudinarias revueltas del lunes que se saldaron con un centenar de heridos, alguno de bala, los manifestantes se citan por internet para proseguir las protestas aprovechando el tirón de España, la campeona del mundo. Los indignados brasileños se han citado para mañana en Maracaná en el partido contra Tahití animados por los resultados de las últimas movilizaciones.

El Gobierno de Dilma Rousseff anunció ayer que baja los precios del transporte público (una de las reclamaciones populares) en seis ciudades, entre ellas Recife y Sao Paulo. El Gobernador de Río de Janeiro, Eduardo Paes, en un movimiento claramente defensivo, también llamó a su despacho a los representantes Passe Livre, uno de los grupos más fuertes y mejor organizados, con el fin de templar gaitas ante el partido de España en Maracaná.

Desencanto de la gente. Río de Janeiro, ciudad en la que el lunes hubo graves altercados y manifestaciones que reunieron a más de cien mil personas, quiere manifestar su desencanto por la inversión en fútbol y las miserias en educación, sanidad y otros servicios sociales. "La subida del abono transporte en veinte céntimos de real (0,8 euros) es la gota que ha colmado el vaso, pero están pasando cosas más graves en este país", dijo Tatiana Martinelli, una de las activistas, en internet. En Río, por ejemplo, ha habido protestas por el empeño del Estado en derruir el Museo del Indio para construir un aparcamiento subterráneo para el Mundial y los Juegos Olímpicos.

Mientras, el presidente de la FIFA asiste a los sucesos entre atónito y preocupado, Blatter se fue a comer ayer con el ministro de Deportes de Brasil, Aldo Rebelo, y dijo que "fue el país el que libremente pidió la Copa". Rebelo, que la víspera había advertido que el Gobierno iba a reprimir las protestas sin compasión, se mostró más conciliador tras su cita con el jefe de la FIFA. "Espero que el fútbol calme los ánimos, y espero que Brasil resuelva el problema y se acaben las protestas. El fútbol está para la paz, para unir", avisó Blatter.