Pep Guardiola estaba exultante. Se abrazaba con sus jugadores sin dejar de sonreír, pero su discurso, en aquel baño de euforia, continuaba siendo prudente: "Estoy contento por haber recogido un premio al trabajo bien hecho. Ahora hay que conquistar rápido la Liga, que la tenemos muy cerca, para preparar bien la final de la Champions en Roma".

El técnico del Barcelona calificó la final como "fantástica, porque también la gente de Bilbao estuvo maravillosa".

Guardiola asegura que disfrutó de la final "tanto como cuando era jugador, aunque cada cosa tiene su época", y concluyó: "El título es de los jugadores y del trabajo que ha hecho mucha gente para llegar hasta aquí".