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Hostilidades con buen fondo

¿Por qué todo el mundo concentra su odio en Comic Sans y no en el asistente de Word?

La tipografía ignora la aversión de los diseñadores gracias a una canción compuesta en su honor

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¿Por qué todo el mundo concentra su odio en Comic Sans y no en el asistente de Word?
Raquel Cano

La Comic Sans es para los diseñadores gráficos lo que el reggaeton para Carmen Sevilla: algo incomprensible con lo que hay que convivir. El odio del gremio gráfico hacia la fuente de Vincent Connare es algo que siempre ha existido, pero que se ha convertido en una verdad absoluta gracias a las redes sociales.

Twitter, Facebook y, como no, Forocoches y Yahoo respuestas son los culpables de que la tipografía incluida en el procesador de textos de 1995 tenga hoy más memes que Willy Wonka. ¿A qué se debe tanta hostilidad? ¿Responde a que la marca de la manzana utiliza Helvética?¿Se trata de una especie de sectarismo entre fuentes? 

La tipografía de los niños y los científicos

Mucho más sencillo. El odio viene derivado del mal uso que ejercen algunos sectores profesionales que ni cortos ni perezosos se lanzan a escribir una presentación Power Point (sí, Power Point) en Comic Sans. Los últimos en coronarse en este aspecto fueron los científicos que descubrieron la existencia del bosón de Higgs que presentaron al mundo su descubrimiento vía Comic Sans.

Sin embargo, no es la primera vez que la comunidad científica, concentrada en sus pipetas y vasos de precipitado, cruza la línea de lo convencionalmente aceptable y utiliza la tipografía favorita de los niños de 4º de primaria para algo serio. 

Como su propio nombre indica, la Comic Sans es una fuente inspirada en la tipografía empleada en los cómics. Es, por lo tanto, una fuente indicada para escribir piezas de texto pequeñas como los bocadillos de los tebeos y no tesis universitarias sobre los cloroplastos del alga nori. Así que desde aquí mandamos un mensaje a estudiantes de enfermería, biología y terapia ocupacional (sí, esa carrera existe) y demás titulaciones alejadas de las artes editoriales: la Comic Sans no es una buena idea para dar forma a las inteligentes ideas que componen vuestros trabajos académicos. Es una buena idea si buscáis distraer a vuestro profesor obligándole a preguntarse porqué uno de sus mejores alumnos utiliza la misma fuente que su hijo en la carta de los Reyes Magos.

Tal y como sostiene el manifiesto contra la Comic Sans: "Utilizar esta tipografía es como vestirse de payaso en un evento de etiqueta". Por lo tanto, a no ser que seas el encargado de diseñar con Paint las invitaciones de cumpleaños de tu sobrina de 6 años, no tienes potestad para utilizarla.

Del odio al misticismo solo hay un paso

¿Quién iba a decirles a los precursores del manifiesto contra la Comic Sans que alguien crearía una canción en su defensa? Probablemente, de haber sabido que crearían un movimiento defensor con forma de hit de youtube se lo hubiesen pensado mucho más. 

La canción que honra el corazón de la "o" de Comic Sans es artilleraría pesada y carne de chiste de David Broncano. Su intérprete es un cruce entre Pharrell Williams y PSY y la letra es terriblemente pegadiza. Si a todo ello le sumamos, un montaje lleno de rótulos de colores y efectos visuales de un programa infantil, la diversión está servida.