El uso de mascarillas ya es obligatorio para todos los ciudadanos mayores de seis años en todos los lugares cerrados de uso público y en los espacios abiertos siempre que no sea posible guardar la distancia de seguridad de dos metros. Además, se considera recomendable en los menores a partir de los tres años. Por lo tanto, es necesario llevar este elemento con nosotros cada vez que procedamos a abandonar nuestro domicilio. En los momentos en que sea posible mantener la distancia no es imprescindible su uso, pero incluso en esos casos se debe llevar a mano para cuando haya que utilizarla.

Las mascarillas que se recomiendan para la mayoría de la población son las quirúrgicas y las higiénicas. Éstas tienen una vida útil limitada que alcanza entre las cuatro y las ocho horas. Las autoridades sanitarias no aconsejan su reutilización, pero en caso de que sea necesario deben guardarse en un sobre de papel o en una bolsa transpirable para que sigan siendo prácticas y no se vean contaminadas. Nunca hay que introducirlas directamente en un bolso, bolsillo o cualquier otro objeto.

Asimismo, a la hora de realizar esta operación no hay que olvidar que la parte limpia de la mascarilla es la interna, la que llevamos pegada a la cara, y la parte sucia es la parte externa, que no se debe tocar en ningún caso. 

No se deben utilizar más de seis horas seguidas

Se debe tener en cuenta que cuando una mascarilla ya se encuentra húmeda debe ser cambiada y nunca debe utilizarse la misma durante más de seis horas seguidas. De esta manera, la mascarilla que queramos guardar para volver a utilizar posteriormente debe cumplir estos requisitos para que resulte eficaz. También es imprescindible un buen uso de la mascarilla para que produzca el resultado deseado. A la hora de llevarla puesta, debe cubrir siempre la boca, la nariz y la barbilla.