El impuesto sobre la renta se utiliza para que las personas físicas y residentes en España puedan  gravar la renta obtenida durante un año natural. Recoge los ingresos que recibes, desde el salario  o indemnizaciones de seguros hasta la pensión pública o inversiones.

Hacienda se encarga de agrupar nuestros ingresos en categorías, de manera que tenemos las rentas de trabajo y las de ahorro, que tributan de forma distinta. Las de trabajo lo harán dentro de los tipos generales y las de ahorro cuentan con sus propios tramos y escalas, sobre lo que hablaremos a continuación.

En cuanto a las retenciones, se trata de un adelanto que hacemos a Hacienda sobre lo que nos correspondería pagar en la Declaración de la Renta. Normalmente, la cifra que nos retienen suele aproximarse al pago final que debemos hacer, aunque no siempre coinciden.

Si las retenciones son más altas de lo que nos corresponde, en la Declaración de la Renta nos saldrá a devolver, pagándonos lo restante; mientras que, si nos sale menos de lo que nos corresponde, nos sale a pagar.

Cuando vamos a calcular el IRPF que debemos pagar a Hacienda, se aplica una escala de porcentajes teniendo en cuenta las rentas que se perciben. Los porcentajes son estos:

Tramos

• Hasta los 12.450 euros de ingresos anuales: equivale a 9,50% de retención tipo estatal y otro 9,50% de tipo autonómico, para un total de 19%.
• Hasta 20.200 euros de ingresos anuales: equivale a un 12% de retención tipo estatal y otro 12% del tipo autonómico, para un total de 24%.
• Hasta 35.500 euros de ingresos anuales: equivale a un 15% de retención estatal y otro 15% del tipo autonómico, para un total del 30%.
• Hasta 60.000 euros de ingresos anuales: equivale a un 18,5% de retención estatal y otro 18,5% del tipo autonómico, para un total de 37%
• A partir de 60.000 euros de ingresos anuales: equivale a un 22,50% de retención estatal y otro 22,50% del tipo autonómico, para un total de 45%.

Los contribuyentes por IRPF deben saber que el porcentaje final que se paga, se divide en un tramo estatal (va al Gobierno) y otro autonómico (que reciben las comunidades autonómicas).