7.000 personas en una plaza hundida hasta hace muy poco tiempo: Jaén. Al tirón de Morante de la Puebla, Enrique Ponce y Diego Ventura, una gran entrada. Motivo para recuperar la ilusión, para que la Feria de San Lucas recupere su brillo. Diego Ventura, Enrique Ponce y Morante de la Puebla pusieron mucho de su parte: terminaba la temporada española de los tres y firmaron una tarde notable. Fueron Ventura y Ponce los que salieron en hombros con dos orejas, pero ninguno de los tres quiso que la Feria de San Lucas comenzase en tono medio.

Por eso, se aliaron con el santo y lo dieron todo, cada uno con su concepto y manera, para que los espectadores que acudieron a la plaza se divirtiesen con el espectáculo. No ayudaron demasiado los dos toros de La Rambla ni el de Montalvo que se lidió en sexto lugar, pero el rejoneador y los toreros no dejaron que eso fuese pega.Ventura firmó una labor muy intensa, vibrante, frente al cuarto toro de la tarde y Enrique Ponce no quiso volver la cara con el quinto, al que toreó con exquisito gusto y envidiable oficio. El fallo con el rejón y la espada, respectivamente, les había privado de cortar algún trofeo en sus primeros turnos. Morante de la Puebla, que no tuvo ninguna opción con el tercero, derrochó voluntad frente el sexto, inventándose una faena que contuvo pasajes de enorme belleza y que le valió una oreja.