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Mont de Marsan (Francia). Fandiño ha puesto cara La Madeleine desde el arranque mismo de la feria. Un triunfo contundente e incontestable aprovechando y potenciando las virtudes de dos toros de Fuente Ymbro a los que extrajo su fondo con aguante y pulso. Valor para torear, incluso al ralenti en ocasiones. También El Juli -que sorteó el peor toro del envio deGallardo- anduvo a buen nivel con el cuarto al que arranco la oreja porque se empeño en hacerlo embestir, muy metido entre los pitones. Tejela por su parte anduvo más centrado y sereno con el quinto -el toro de la corrida, al que no mató bien- que en el segundo del que le dieron una oreja menor.El tercero derrochó nobleza pero le costó romper para delante. Fue clave el trato de Fandiño, sus pausas, sus tiempos, su aguante, sin casi tocarlo en cada embroque, para empujarlo y torearlo con despaciosidad, ritmo y cadencia. Al ralenti. Destacó el vasco en el toreo al natural, excelente. También las mondeñinas y la estocada, fulminante. Dos orejas. El sexto, de frente estrecha, tocadito de pitones -muy en Jandilla- manseó sin disimulo en los primeros tercios, sin acabar de desprenderse de los vuelos, peroFandiño, de nuevo grande, le obligó a romper en la muleta. Dejándosela puesta para encelarlo, aguantando, tirando de él con aplomo y firmeza y quedándose en el sitio para sujetarlo, hilvanó un trasteo de gran mérito por el pitón derecho. La faena llegócon tanta fuerza al tendido que a pesar de un pinchazo le concedieron una oreja y le pidieron con fuerza la segunda.El cuarto se partió un pitón al derrotar de salida contra un burladero y el sobrero apuntó virtudes como la fijeza y la obediencia a los toques, pero escaso empuje y duración , pero su fondo creció gracias a El Juli, que primero le dejó la muleta en la cara para obligarle a seguir el engaño -hubo una serie de gran hondura por el pitón derecho- para luego reunírse con él en un final de cercanías al modo y manera ojedista, de absoluto dominio y poder. No podía el toro, pero pudo el toreo. Oreja. Bien hecho, estrecho de sienes y cornidelantero, al animal que abrio plaza le falto fondo y recorrido, pues siempre tendió a defenderse al final de cada pase. El Juli se hizo aplaudir en un apretado quite por chicuelinas y lo trato con paciencia, intentando empujar para delante su descastada acometida. Esfuerzo vanoAlgo más basto de hechuras, el castaño segundo blandeó en los primeros tercios y aunque le faltó empuje en la muleta de Tejela, resulto noble y dejó estar mucho al alcalaíno, que dispuso un trasteo algo ligero de ejecución pero variado y sobre todo muy ligado, cualidad imprescindible para que el público lo valorara. Oreja. El quinto fue el toro de la corrida pues a las virtudes de sus hermanos añadio la duracion y el fondo. Tuvo más asiento la faena de Tejela, que volvió a dotar al trasteo de continuidad y versatilidad en los remates. Posiblemente la colocacion de la estocada, algo desprendida, motivo a los espectadores a esconder el pañuelo. Ovacion tras leve petición de oreja.