As de Espadas

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torero con estoque

TOROS | COLOMBIA

Apoteosis de El Cid, Castella y Luis Bolívar en Medellín

Mano a mano de dos prestigiosos hierros colombianos: La Carolina y Ernesto Gutiérrez pusieron broche al X Congreso Mundial de Ganaderías de Lidia.

MUNDOTORO

Tarde triunfal de toros con casi lleno en La Macarena que permitió salir a hombros por la puerta grande, hacia la calle San Juan, a la terna conformada por El Cid, Castella y Luis Bolívar.

Corrida pletórica de emociones donde los toros de dos importantes hierros colombianos: La Carolina y Ernesto Gutiérrez permitieron con sus hechuras y bravura dejar en alto la cabaña brava nacional ante los ganaderos visitantes en la clausura del X Congreso Mundial de Ganaderías de Lidia. Uno de los toros de La Carolina, "Pitador" #274 que estaba de sobrero en los corrales recibió los honores del Indulto.

Una oreja a cada uno de sus toros cortó Manuel Jesús "El Cid" quien se mostró a plenitud de facultades en ambas faenas, sobrado de técnica y del temple exquisito que requirieron sus dos ejemplares, sin dejar enganchar en ningún momento la muleta. Su actuación ha sido la mejor demostración de madurez para regusto de los buenos aficionados que supieron paladear la exquisitez de su toreo. Ambas faenas rematadas con perfectas y efectivas estocadas. En su segundo el banderillero Rodrigo Arias "Monaguillo" sufrió una aparatosa cogida contra las tablas recibiendo tres cornadas, una de ellas en el recto de pronóstico muy grave. El diestro de Salteras ha ratificado su condición de figura y los aficionados le supieron valorar con ovaciones de lujo.

Al torero francés le devolvieron por manso su segundo toro y el sobrero resultó excelente. Una de las faenas de Sebastián Castella que más han llegado a la afición ha sido - sin duda alguna- la ejecutada a este noble ejemplar de La Carolina. Ha sido todo un tratado del buen torear, iniciada con pases cambiados a milímetros de la espalda y continuada con series lentas por bajo, en redondo. Nunca paró la música ni los continuos olés mientras el torero se crecía prodigando variedad de pases y el toro de gran fijeza no paraba de embestir. Los pañuelos blancos solicitaron el perdón de la muerte, solicitud aceptada por el Palco ante la felicidad de los tendidos. Dos orejas simbólicas, paseadas en medio de la lluvia de claveles.

De salida el tercer toro arrolló al colombiano Luis Bolívar al quererlo saludar con una larga en la puerta de toriles. Ello motivó las ansias triunfales que logró en una importante faena a base de entrega, valor y conocimientos. Las series de pases continuos por ambos pitones llenaron de emoción los tendidos, faena que puso a vibrar toda la plaza, con gusto, calidad y torería. La estocada fue perfecta, entrando despacio en forma efectiva y cortando las dos orejas por petición unánime. En el último de Ernesto Gutiérrez estuvo muy entregado a pesar de la corta embestida del toro que se agarró al piso en todo momento.

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