As de Espadas

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torero con estoque

Toros | Cali

Las espadas dejan el marcador a cero

MUNDOTORO

Una entrada rondando la mitad del aforo se registró anoche en Cañaveralejo, en el inicio del serial que este año solo va hasta el próximo día 30 y que marca el comienzo de una nueva administración empresarial, tras quince años de organización por la Fundación Plaza de Toros, entidad que ha pasado a mejor vida. Los toros de Puerta de Hierro, ganadería de Eduardo Estela, tuvieron presencia y mucho trapío en general. Hubo variedad en todo, en los pelajes: negros, burracos y castaños y en comportamiento: tres mansos de carreta, uno bravo, y los otros con calidad, pero sin fuerza.

Con el primer buey- burraco, Antonio Ferrera anduvo sin ahogos en una faena de aliño que remató pronto de estocada caída. En el cuarto, un precioso castaño el extremeño se hizo ovacionar con tres pares de banderillas de sensación. La faena fue emocionante al torear por los dos pitones en series en redondo que hicieron sonar la música. Toreó con mucha verdad, y cuando ya se presagiaba la primera oreja de la noche, la espada le fue infiel. Un pinchazo, y una entera le valieron para escuchar gran ovación con saludos en los medios.

Muy maduro y profesional se vio al colombiano Paco Perlaza en sus dos toros- en el manso y en el bravo que peleó extraordinariamente en varas- en ambas faenas el diestro caleño se mostró con técnica y oficio. Tres series de pases con la mano derecha, aguantando con firmeza las fieras embestidas del quinto y rematando perfectamente con los pases de pecho, a la hombrera contraria. Como debe ser. A pesar de no haber cortado la oreja por el pinchazo inicial, escuchó muchas palmas al final, y lo más importante: el reconocimiento de la afición a su profesionalismo torero.

Sin orejas de premio, pero sí con el beneplácito de los aficionados a su labor ha sido el debut en Colombia de Javier Castaño. Es un torero que conecta rápido, y estamos seguros que serán muchas tardes triunfales las de este diestro en plazas colombianas. Tiene carisma, oficio como el que más, y una entrega sin condiciones. Su debut con otro buey-burraco no le bajó la moral, al contrario, inició su faena de rodillas y a todo instante estuvo por encima del toro, además le mató recibiendo por lo que escuchó sonoras ovaciones, las mismas que le prodigaron al final de la corrida gracias al temple que mostró en la faena al sexto, un toro de calidad, pero sin fuerza y que terminó parándose.

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