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El estrés hace que te salgan más canas, según la ciencia

Varios experimentos confirman por primera vez que las respuestas del organismo a las señales de huida o lucha provocan el cambio de color del cabello.

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Una mujer comprueba si le han salido canas.
Viktor Hanacek Picjumbo

Las canas están asociadas al envejecimiento. Aunque en algunos casos el cambio de color del cabello suele aparecer antes, esta decoloración suele reproducirse cuando las fechas de cumpleaños superan varias décadas. Lo que no se había demostrado científicamente hasta ahora es que las situaciones de estrés también contribuían a multiplicar el pelo blanco de los seres humanos. Un serie de eventos azarosos han permitido confirmar algo que la sabiduría popular ya sospechaba.

Hay leyendas y refranes que asocian la acromotricia (así se llama el proceso por el que surgen las canas) con las situaciones de trauma o preocupaciones. Una tragedia grave, especialmente si es de manera imprevista, solía traer consigo el comentario sobre el inminente pelo blanco. "Durante mucho tiempo se ha dicho que el estrés hace que el cabello se vuelva blanco, pero hasta ahora no había una base científica para esta creencia. Nuestro estudio demostró que el fenómeno sí ocurre e identificamos los mecanismos involucrados. Además, descubrimos un forma de interrumpir el proceso de pérdida de color del cabello debido al estrés", explica Thiago Mattar Cunha, investigador afiliado al Centro de Investigación sobre Enfermedades Inflamatorias (CRID) en la Universidad de Sao Paulo (Brasil).

El azar como factor decisivo

Al equipo de Sao Paulo se le debe apuntar el primer experimento probado. Pero todo ocurrió de manera casual, puesto que fue un estudiante quien descubrió durante unas pruebas sobre el dolor con ratones cuando se percató del cambio de color de su cabello. Ante los incipientes síntomas, los esfuerzos del equipo se modificaron para buscar canas en los roedores. Después de repetir el experimento con una nueva vía de observación, los investigadores del CRID concluyeron que el fenómeno se debía a la aplicación de resiniferatoxina, una sustancia que activa un receptor expresado por las fibras nerviosas sensoriales para inducir un dolor intenso.

Según publica Nature, el estudio se diversificó con diferentes experimentos para comprobar que el estrés afectaba directamente al sistema nervioso simpático. Se concentraron en este apartado porque es el sistema que controla las respuestas de lucha o huida del organismo cuando se detecta un riesgo inminente. Es el estrés que provoca la inyección de adrenalina y cortisol que en algunos casos se interpreta como algo positivo para los animales como respuesta de alerta ante el peligro. El resultado es que aumenta la presión arterial, se dilatan las pupilar o se aceleran la respiración y el corazón.

"Después de inyectar resiniferatoxina en los ratones, los tratamos con guanetidina, un antihipertensivo capaz de inhibir la neurotransmisión a través de fibras simpáticas. Observamos que el proceso bloqueó el proceso de pérdida de color del pelaje", señaló Cunha en referencia a la posibilidad futura de frenar la aparición de canas.

El efecto del estrés en las células

El investigador compartió sus descubrimientos con otro equipo de la Universidad de Harvard. En colaboración con Ya-Chieh Hsu, profesora de biología regenerativa y experta en células madre. En conjunto descubrieron que el dolor (un factor estresante) aceleró el envejecimiento de las células madre de los melanocitos, que son los encargados de fabricar la melanina, el pigmento oscuro que se encuentra en algunas células del cuerpo de los mamíferos y que produce la coloración de la piel, el pelo y los ojos.

"Cuando comenzamos a estudiar esto, esperaba que el estrés fuera malo para el cuerpo, pero el impacto perjudicial del estrés que descubrimos estaba más allá de lo que imaginaba. Después de unos pocos días, se perdieron todas las células madre que regeneran el pigmento. Una vez que se han ido, ya no se puede regenerar el pigmento. El daño es permanente", reconoció Hsu.

Genética para el cambio de color

La investigación servirá para algo más que para detener la aparición de canas, puesto que se ha abierto una vía para averiguar el efecto del estrés en las células de los mamíferos. Además, los esfuerzos conjuntos de los expertos de Sao Paulo y Harvard han descubierto también que hay un gen que influye en los melanocitos. Con ratones genéticamente modificados el pelo no cambió de color cuando se simuló las situaciones de estrés que funcionaron en los anteriores experimentos.

Para Cunha, la aplicación estética inminente de sus descubrimientos debe ser prudente porque antes habría que comprobar si un medicamento que impida la aparición de las canas podría tener unos efectos secundarios peligrosos. Si alguien espera la solución pronto, lo mejor será que no se extrese. Al fin y al cabo, ahora se sabe que es una causa directa de la aparición de canas.