Deporte y Vida

FENÓMENOS EXTRAÑOS

¿Tienen más riesgo los deportistas de élite de ser adictos a las drogas?

Desde los escándalos de Maradona a la confesión del siete veces campeón del Tour de Francia Lance Armstrong: ¿realmente tienen los atletas más posibilidades de caer en la adicción?

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¿Tienen más riesgo los deportistas de élite de ser adictos a las drogas?

Si se piensa en la relación entre deportistas y adicciones a drogas o alcohol inevitablemente viene a la mente el caso de Diego Armando Maradona y sus continuos escándalos con la cocaína desde los años noventa. Pero tras el del ‘Diego’ han sido incontables los casos de deportistas de elite que han ocupado portadas de periódicos por su relación con estas sustancias, desde el ocho veces campeón de Europa de Boxeo ‘Poli’ Díaz (quien sufrió una seria adicción a la heroína, entre otras sustancias, que acabó con su carrera), al mediático Oro Olímpico de Waterpolo Pedro García Aguado, reconvertido en coach y terapeuta, o ciclistas como Paolini o Armstrong.

Pero, ¿se trata de casos aislados y de un problema sobredimensionado por los medios de comunicación, o realmente tienen los atletas más posibilidades de sufrir adicciones a este tipo de sustancias?

Según un estudio de la Universidad de Alberta desarrollado por la investigadora Laurie de Grace, “aparentemente” la práctica deportiva tiene el potencial de incrementar los factores de riesgo en el consumo abusivo de drogas o alcohol, especialmente en el caso de personas que ya son vulnerables por otras razones, como características familiares o psicológicas concretas.

La investigación, desarrollada a partir de entrevistas personalizadas a 21 atletas (tanto de elite como amateurs) que han reconocido tener adicciones a drogas o alcohol, apunta que un rasgo común en muchos de ellos y que potencia este tipo de comportamiento es la hipercompetitividad. "Ellos querían ser los mejores en lo que hacían, y si eso significaba ser el mejor consumidor de heroína, se ponían a ello", señala De Grace.

Sobre esta cuestión de la hipercompetitividad, el psicólogo del Deporte Santiago López explica a Buena Vida que, “especialmente en los deportes individuales”, es común encontrar en los atletas un “nivel de autoexigencia muy alto” y una actitud “muy competitiva” a la hora de enfrentarse a un reto, si bien asegura no haber encontrado en su trayectoria profesional más que casos muy puntuales de abuso de sustancias en atletas.

“Normalmente un joven deportista de elite lleva una vida muy sana y el consumo de alcohol o drogas que pueda hacer es muy esporádico”, apunta López, aunque apostilla que “puede pasar que en algunos casos, chavales jóvenes muy acostumbrados a los desafíos no sepan manejarse en una situación de este tipo”.

Precisamente sobre la juventud del atleta, Wendy Rogers, supervisora del estudio de De Grace, asegura que está “bien documentado que si las personas no empiezan el camino hacia el uso de sustancias antes de los 21 años, es menos probable que desarrollen dependencia de estas”.

Otro posible factor de riesgo, principalmente respecto a atletas de elite que han terminado su trayectoria en el deporte profesional, es el de la ausencia de una carrera dual o paralela a la deportiva. En este sentido, el doctor en Psicología del Deporte, Miquel Torregrosa, subraya que aquellos atletas que han desarrollado una carrera académica o laboral al margen de la deportiva suelen tener “muchos menos problemas” en su jubilación.

Al igual que Sánchez, Torregrosa (que es investigador en la Universidad Autónoma de Barcelona) también niega haberse encontrado con casos serios de adicción en deportistas de elite durante su trayectoria; sin embargo, remarca la importancia de apostar por la educación y formación del deportista y su familia para prevenir conductas nocivas de este tipo, especialmente en sus primeros años de carrera.

Más abuso de alcohol, menos de drogas

Según una revisión de 17 artículos relacionados con la adicción y el abuso de sustancias por parte de deportistas (tanto de elite como no profesionales) realizada por la Universidad McMaster de Canadá, existe un vínculo consistente entre la práctica deportiva y el consumo de alcohol. Así quedó reflejado en 14 de los 17 estudios analizados, algunos de los cuales apuntan que pueda tratarse a que la bebida sea algo “socialmente aceptado”.

Por el contrario, dicho estudio también apunta a una relación entre el deporte y la disminución en el consumo de drogas ilícitas diferentes al cannabis (en el 80% de los estudios), particularmente durante la escuela secundaria.

La conclusión de los investigadores, que al igual que De Grace aluden a la necesidad de desarrollar más trabajos académicos sobre esta cuestión, es que el deporte no es a priori bueno o malo en el ámbito de las adicciones o el consumo abusivo de estas sustancias, pero tiene el potencial de producir resultados positivos o negativos.