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“¿Por qué estoy todo el día preocupado?” Seis consecuencias negativas de ser muy inteligente

Sí, fuiste delegado de clase y aciertas siempre el rosco de Pasapalabra. Pero ser listo es un campo de minas que solo los cerebros más privilegiados conocen

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Consecuencias negativas de ser inteligente

Cuántas veces habrás escuchado la famosa frase de “qué fácil es vivir en la ignorancia”. No sabemos si será cierto, pero parece que ser demasiado inteligente tiene sus inconvenientes. Y más si no eres consciente de ello. Un ejemplo es que el 90% de los alumnos superdotados en España están sin identificar, lo que supone 142.000 estudiantes. De ellos, el 50% abandona la escuela con fracaso escolar, según datos recogidos del Informe Nacional sobre la educación de los superdotados elaborado por la organización El Mundo del Superdotado.

Sin olvidar la guerra de sexos. María Ángeles Aycart Roca, psicóloga y colaboradora en el programa de Enriquecimiento para Alumnos de Altas Capacidades (PEAC) de la Comunidad de Madrid, afirma que “en el caso de las chicas es más difícil detectar sus altas capacidades debido a que hay una tendencia cultural a pensar que si una mujer destaca académicamente es porque es muy trabajadora y muy concienzuda, antes que pensar que podría ser muy inteligente. En cambio, en el caso de los chicos está más normalizado y enseguida se piden los tests para ver si tienen altas capacidades”. No obstante, si ya sabes lo listo/a que eres, quizás te sientas identificado con los siguientes inconvenientes de ser tan inteligente:

1. Siempre andas preocupado

Una investigación sobre inteligencia y desórdenes emocionales indica posibles relaciones positivas entre el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), la preocupación y la inteligencia. En concreto, la inteligencia verbal sería un predictor positivo único de la preocupación y de la severidad de la rumia.

2. Duermes menos

Un estudio realizado por el psicólogo evolutivo Satoshi Kanazawa demuestra que los individuos más inteligentes son más nocturnos que los menos inteligentes. Hasta ahí todo bien, si no fuera porque las personas que están dispuestas a permanecer despiertas hasta altas horas de la noche son más propensas a sufrir depresión, adicciones y trastornos de la alimentación, en comparación con los madrugadores, así lo demuestra un estudio realizado por la psicóloga Marina Giamnietro.

3. Nadie te invita a una ronda

Curiosamente, una reciente investigación publicada en el British Journal of Pychology sugiere que las personas más inteligentes tienden a obtener menos satisfacción que la mayoría a la hora de socializar con amigos. “En el caso de los varones con altas capacidades, quedan en desventaja con sus iguales porque normalmente no les gustar el deporte", señala la psicóloga. "Suelen tener unos intereses más de tipo intelectual, entonces esa diferencia les causa problemas durante su desarrollo. Muchos se quejan de haber sufrido bullying y de tener dificultades para compartir sus intereses o aficiones”.

4. Lo pasas peor en el trabajo

Un estudio de la Universidad de Toronto (Canadá) sugiere que el rendimiento en el trabajo está relacionado sobre todo con la inteligencia emocional, y que cuanto mayor es la inteligencia cognitiva, menor es el rendimiento. Seguro que ahora entiendes porque los ascensos se los llevan otros.

5. Ignoran tu sensibilidad

María Ángeles Aycart explica que "las expectativas sobre los niños con altas capacidades son sobre todo en el ámbito científico y matemático, quedando desatendidas sus avances en áreas filosóficas, humanistas o espirituales. Se espera de ellos que sean grandes ingenieros o químicos, pero no se fomenta escritores o profesiones humanistas".

6. Nunca estás conforme

Ser muy inteligente a menudo significa ser consciente de los límites de tus conocimientos y valorar estos en su justa medida. Porque por mucho que lo intentes, nunca podrás aprender o entenderlo todo. Un estudio clásico de Justin Kruger y David Dunning descubrió que cuanto menos inteligente eres, más sobrevaloras tus habilidades cognitivas, y viceversa. Así que cuidado con los fanfarrones, porque se están delatando.