Si andabas buscando una razón para empezar a practicar yoga, quizá sea esta. El naked yoga es lo que su nombre indica: yoga al desnudo. Se practica, como habrás deducido, sin ropa. Aunque la modalidad es casi tan antigua como el propio yoga, algunos centros en el mundo han empezado a incluirla entre sus programas. Uno de ellos es Bold & Naked, un espacio situado en el barrio de Chelsea, en Nueva York (EEUU), dedicado a esta disciplina milenaria.

Has leído bien: hay personas de ambos sexos que se reúnen en salas previsiblemente bien climatizadas, en ciudades muy civilizadas, como su madre les trajo al mundo…, y se ponen a hacer yoga. Sí, solo yoga: como nos cuenta la responsable de Bold & Naked, Monika Werner, esta variante no tiene nada (pero nada) de sexual.

“Es un tipo de yoga vigoroso que hace a la gente sudar”, explica por email. “No está indicado para el alumno de yoga tranquilo y relajado. Se inventó para fortalecer todo el cuerpo y desarrollar el potencial de la persona. Quema calorías, hace que ganes masa muscular y aporta un cuidado extra a zonas concretas como las caderas, isquiotibiales y la zona lumbar”. Según la directora del centro, es muy popular entre aficionados al deporte, bailarines y atletas que buscan un entrenamiento que equilibre varios grupos musculares.

Pero ¿por qué desnudos? Resulta que realizar yoga sin ropa tiene algunos beneficios, más allá de evitar que la costura del pantalón se te meta por donde no debe.

Los principales tienen que ver con el plano psicológico. Verse desnudo, rodeado de gente, sin que nadie se pare a valorar tu anatomía, parece que mejora la autoestima y es de gran ayuda para personas con complejos. Un estudio de la Universidad de Northern Iowa (EE UU) determinó que los nudistas tienen un nivel de aceptación de su cuerpo significativamente mayor que aquellos que solo se desnudan en privado. En la misma línea, otro trabajo señala que los niños de familias nudistas crecen con una mejor aceptación de su cuerpo. Personas que trabajan posando desnudas han declarado que eso les ayuda a sentirse mejor con su aspecto físico.

Como dice Monika Werner, “practicar yoga desnudos nos libera de los sentimientos negativos sobre nuestro cuerpo y nos permite aceptarnos y estar conectados más profundamente con nosotros mismos y el mundo que nos rodea”. Y si además te pones cachas, matas dos pájaros de un tiro. De momento, en España se imparten talleres ocasionales y en centros dedicados también al tantra.