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Pedro Delgado: "En mi época se corría más por intuición"

El exciclista atendió a AS en agosto de 2014 para hacer balance de su trayectoria profesional cuando se cumplieron dos décadas de su retirada.

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Archivo Efe. Podio del campo de los Príncipes de Paris (1988). Perico Delgado, junto a Steven Rooks y Fabio Parra.
mondeloArchivo Efe

Han pasado más de veinte años desde que se bajó de la bicicleta como ciclista profesional para no volver a subirse bajo esa responsabilidad. Había hecho historia para su deporte en España levantando el trofeo del Tour de Francia en 1988 y celebrando dos Vueltas, entre otras citas de renombre. A pesar del paso del tiempo, ahora Pedro Delgado tampoco pasa desapercibido por las calles: lleva dos décadas siendo una de las voces del ciclismo en la televisión. El segoviano, de 54 años, siempre tiene muchas cosas que contar.

¿Hizo algún tipo de celebración especial cuando se cumplieron veinte años de su retirada?

No soy una persona de celebraciones. Los cumpleaños son algo más familiar y desde que eres pequeño lo mantienes, pero celebraciones del tipo ‘hace diez años gané el Tour o la Vuelta’, o en este caso veinte años desde que colgué la bicicleta, no hago ninguna salvo que la haga alguien en mi nombre.

¿Y no lo recordó de alguna manera diferente?

Cuando he escrito ‘A golpe de micrófono’ me he dado cuenta de cómo pasa el tiempo, de que ya llevo veinte años comentando las carreras para la televisión. Al verlo así es cierto que te sorprende y te asombra porque ya es una cifra con mucho peso. Pienso en lo rápido que pasa el tiempo cuando ya vas cumpliendo unos años.

¿Qué momentos de su carrera revive con más intensidad?

Eso suele ir variando. Durante el Tour de Francia, lógicamente, recuerdo con más intensidad mis aventuras y desventuras en la carrera francesa. El triunfo, pero también las pájaras o lo cerca que estuve en algunas ocasiones. También pienso en pequeños matices que hubiera cambiado para rendir más. Temas muy técnicos o pasajes pequeños, que ahora los veo desde la distancia y me doy cuenta de que me faltaba esa experiencia, aunque todos tenemos que aprender con los errores.

En 1988 se convirtió en el primer vencedor español del Tour en quince años y el tercero hasta entonces…

Creo que viví una transición en España, cuando el deporte español comenzó a abrir sus fronteras y la gente empezó a viajar más al extranjero. Conocías otras realidades, hasta entonces siempre teníamos la sensación de que estábamos muy retrasados. Era verdad que estábamos retrasados en muchas cosas, pero teníamos un sentimiento de inferioridad que incluso todavía perdura porque ha ido transmitiéndose en los genes. Pero es cierto que en mi época, cuando yo gané el Tour, fue mucho más celebrado porque había pocos acontecimientos a nivel mundial en los que España saliese como una gran potencia. Ahora los españoles ganan y son los grandes protagonistas y parece que nos hemos acostumbrado, bendita costumbre, pero la gente lo valora de una manera diferente a lo que hice yo en su momento.

Pedro Delgado, en el Tour de 1983.
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Pedro Delgado, en el Tour de 1983.

¿La anécdota que más veces cuenta es el famoso prólogo del Tour de 1989 en Luxemburgo (llegó tarde a su salida en la contrarreloj) o hay alguna más?

Esa vence de largo, es la etapa por la que todo el mundo me sigue preguntando veinticinco años después. Siempre me dicen que qué pasó ese día. Aunque yo ya lo tenga olvidado, la gente se quedó muy impactada por cómo cometí ese error.

Siempre se habla de la épica del ciclismo, incluso en las derrotas. ¿Tiene alguna derrota predilecta o favorita, si es que es posible tener de eso?

No hay ninguna derrota favorita, las derrotas hay que aceptarlas como parte del deporte pero nunca es algo favorito como para decir ‘qué bien’, no. Aunque es verdad que recuerdo una que pienso que podría haber cambiado si hubiese tenido un poco más de confianza o la hubiera vivido en otra época, que es la contrarreloj frente a Stephen Roche en el Tour de 1987. Ese día me faltó mucha confianza, me costó trabajo encontrarme en carrera.

A un exciclista se le suele preguntar si sigue las competiciones actuales. En su caso, lleva más años como comentarista que como ciclista y hace pareja en TVE con Carlos de Andrés desde el 2000. Cualquier año les proponen para presentar las Campanadas de fin de año…

Alguno tendría que vestirse de mujer para dar las Campanadas, pero es verdad que ya son muchos años los que llevamos manteniendo esa convivencia.

¿Qué diferencias ve entre el ciclismo de hace veinte años y el de hoy?

Hay muchas, sin lugar a dudas, eso es palpable. La tecnología lo ha revolucionado todo, como en cualquier ámbito de la vida. Se nota tanto en la preparación de los corredores como al competir día a día. Y nosotros también tenemos muchas más herramientas para trabajar. Eso hace que la improvisación quede como algo anecdótico, los esfuerzos están mucho más medidos y estás pendiente del trabajo de los compañeros. Todo está muy programado, es muy diferente al ciclismo que yo vivía, en el que se corría más por la intuición del propio corredor. Eso te hacía cometer muchos errores pero también hacía al ciclismo más impredecible que lo que hay ahora mismo.

Pedro Delgado y Greg Lemond en el Tour de Francia de 1989.
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Pedro Delgado y Greg Lemond en el Tour de Francia de 1989.

¿Entonces ahora es más fácil correr para un profesional?

Creo que ahora es mucho peor, enseguida tienes ahí al típico listillo que dice que tienes que perder medio kilo de tu peso, cambiar las costumbres de comer o de tu pedaleo y tu postura. Hay tanta tecnología que al ciclista le tienen robotizado. Y el propio ciclista, en su afán de mejorar, lo acepta y lo prueba por si puede ir un poco más rápido. En mi época dabas pisotones y tan pronto la armabas como tenías un pajarón. Deportivamente era mucho más amable a pesar de lo duro que pudiera ser el esfuerzo, tenía más atractivo para el corredor porque hacía lo que le gustaba: correr e intentar ganar. Ahora corre poco y le están midiendo el ácido láctico, las pulsaciones y los vatios. El ciclista profesional ha perdido el encanto de pedalear y de montar en bicicleta porque todo son parámetros que se tienen que medir. No digo que se le haga más aburrido, simplemente hay menos emociones. Te conviertes en un cronómetro y se pierde la esencia del deporte. Aunque, afortunadamente, el espectador eso no lo percibe del todo. Yo insisto, el ciclismo de ahora es mucho peor por el nivel de rendimiento que te exigen y por el poco agradecimiento que hay por parte de la prensa, el aficionado o incluso los patrocinadores que pagan. Antes eras segundo o tercero en una etapa y era como si hubieras ganado, ahora el segundo es el primer perdedor. Muchas veces nos cuesta trabajo valorar lo difícil que es hacer un segundo o un tercero en una competición de alto nivel.

¿Qué ciclista del pelotón internacional le recuerda más a usted?

Ahora es todo tan diferente que es difícil encontrar algo así. A mí siempre me ha gustado mucho Alberto Contador, es un corredor que se apoya en esa tecnología pero se le ven arranques de aficionado, se nota que le gusta la épica y mostrarse agresivo sin hacer tanto caso a las tablas de mediciones. Puede atacar al principio, a mitad de carrera o al final, y es el corredor que más me gusta con diferencia. Y eso es lo que le gusta al aficionado, no sólo a los españoles. Por eso nos ha dado tanta pena en este Tour. Vincenzo Nibali también es un corredor algo más espontáneo, pero el resto de sus rivales miden mucho sus esfuerzos. Eso resta espectáculo a cualquier carrera.

Entonces, si quisiera cambiarse por un ciclista del pelotón…

Hombre, Alberto Contador. A pesar de que tendría que recuperarme de una tibia fracturada…

Siguiendo con España, ¿qué le falta a la Vuelta que sí tenga el Tour de Francia?

Nada, le falta que los españoles estemos convencidos de que es una carrera muy buena. No hay que compararse con el Tour ni con ninguna carrera, la Vuelta tiene una entidad propia. Está la sensación histórica de que es una carrera de segunda categoría, pero eso lo dice un español y no un belga, italiano o británico. Nosotros siempre infravaloramos lo nuestro, a la Vuelta no le falta nada, esté Contador, Froome o quien sea. No hay que buscarle ningún pero.

De hecho, el Tour se ha fijado en ese modelo que propone la Vuelta con finales de etapa más intensos y menos sprints clásicos…

De las tres grandes, la Vuelta es la que más ha sabido acertar. Ha ido probando distintas maneras de hacer una carrera atractiva y ha encontrado algo realmente atractivo para el aficionado que sigue las carreras por televisión. Estamos valorando lo que ha hecho Javier Guillén. Él es aficionado y practica el ciclismo, pero también tiene un negocio y mezclar todo eso es complejo. A veces elige no hacer caso a lo que le digan sus asesores o a las cuestiones económicas para llevar un final de etapa a algún sitio, y con todo eso ha tomado muchas decisiones que han hecho que la Vuelta tenga unos recorridos que gustan. Sobre todo para el espectador, el ciclista es el que da pedales y no tiene muchos días de tregua, pero la gente quiere sentarse delante de la televisión y pasar un buen rato, eso aquí se ha logrado.

Pedro Delgado durante una entrevista en un hotel céntrico de Asunción (Paraguay).
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Pedro Delgado durante una entrevista en un hotel céntrico de Asunción (Paraguay).Andrés CristaldoDIARIO AS

¿Sigue saliendo a pedalear como aficionado?

Trato de salir dos días cada semana, aunque con las retransmisiones o los compromisos hay días que no se puede. En la medida de lo posible, si consigo salir tres veces es mejor que dos.

Ya van muchas ediciones de la Marcha cicloturista Pedro Delgado…

Eso siempre va a ir un año por delante de los que llevo retirado porque se hizo en mi último año como profesional. Es un evento con un recorrido muy atractivo en una sociedad que hace mucho más deporte y que le gusta tener retos. Algunos me han dado quejas por cuándo se celebra (16 de agosto), pero los organizadores me piden que yo esté dándole a los pedales y necesito una fecha que me permita tener tiempo para entrenar y prepararlo porque es un esfuerzo duro para mí.

También ha tenido que ‘darle a los pedales’ en los Pericopuertos de la Vuelta a España.

Sí, ya están editándose todos y cuando corresponda cada etapa la gente tendrá ocasión de ver cómo contamos y explicamos esos finales, algunos inéditos y otros ya conocidos, pero donde puede haber algún matiz o variación. En total, he hecho ocho Pericopuertos y como no me importa, lo hago encantado.

¿Habrá un Pedro Delgado comentarista en televisión durante muchos años más?

Eso ya no lo sé, no depende de mí. Por la situación económica actual en Televisión Española, los que colaboramos asiduamente con ellos en cualquier deporte tenemos la sensación de que a lo mejor estamos el año que viene pero lo mismo no estamos. Hasta que no lleguen las fechas no puedes saberlo con seguridad, pero yo estaría encantado de seguir retransmitiendo así muchos años más.