-¿Se ve como el más fuerte de la carrera?
-Llevamos un Giro muy disputado desde la primera etapa. Las fuerzas de cada uno se gastan, la lluvia pasa factura. No se ha ganado nada aún.

-Sus rivales ya han pasado a la defensiva.
-No corren en defensa, quizá Richie y Urán sí, porque les favorece la crono, pero Aru y Astana no han dado tregua y juegan al ataque. Aunque yo me he movido más estos dos días.

-¿No se siente como el patrón del Giro?
-No, lo veo todavía realmente lejos, muy difícil. Pueden pasar mil cosas.

-¿De qué manera afrontará la crono con ese anunciado cambio de posición?
-Debo ver bien qué hacemos. Richie tiene muchas miras puestas en la contrarreloj, Urán también. Los de Astana tendrán que minimizar pérdidas. En mi caso, Faustino me llevará bici a la habitación para probar la postura. No es lo idóneo salir sin la mejor aerodinámica, suponen 10-15 vatios menos, pero habrá que esperar a los resultados.

-De momento, 14 segundos más de renta.
-Toda la ventaja es importante, en un mal día aquí puedes perder minutos. Las diferencias son clave para jugar con la estrategia.

-Aru cedió en Monte Berico. Usted ya avisó de sus malas sensaciones en Imola.
-Me he visto muchas veces en la disputa de grandes vueltas. En las dos etapas comprobé que flaqueaba, así que salté. En esta ocasión no tenía un buen día y se hizo diferencia. Pero si miras el libro de ruta, en la última semana puede ocurrir de todo.

-Parece que no necesita al Tinkoff, Astana le ha facilitado la carrera hasta la fecha.
-Resulta difícil saber qué táctica querían imponer, improvisaban según la situación. Si su líder no tiene fuerzas es más complicado de interpretar.

-¿Ha superado sus percances físicos?
-Eso creo, y las piernas mejorarán aún. Ha habido unos días en los que no hablé de problemas en las piernas, con hematomas, que me lastraron bastante, no únicamente el hombro. En una grande, la capacidad de recuperación marca la diferencia.