-Encontró equipo sobre la campana tras la desaparición de Euskaltel.
-Fue desesperante. Sabía que si quería seguir, debía que entrenar como hasta ahora. Pero sin objetivos y sin publicidad en el maillot. Se me hizo duro mentalizarme día a día para entrenar igual de fuerte. Pero nunca perdí la fe y eso me mantuvo vivo.

-Y en esos días de mucha lluvia en la carretera, ¿llegó a ponerse fecha para decir ‘lo dejo’?
-No, pero veía que la temporada en Europa comenzaba y el mes de enero era crucial. Si las negociaciones no fructificaban, me veía abocado a la retirada.

-¿Cuál va a ser su papel en un equipo con tantos gallos?
-Me conocen de sobra y viendo mi palmarés saben que puedo echarme el equipo a la espalda en cierto tipo de carreras. En otras tendré que hacer de capitán, enseñar a los jóvenes, y ayudar en partes finales complicadas a Philippe Gilbert a Cadel Evans… o ellos a mí. Quiero seguir siendo un hombre clave.

-En principio hará Giro y Vuelta. ¿Le ilusiona especialmente esta última?
-Sí, es la carrera de casa y luego tenemos el Mundial también aquí, en Ponferrada. Es la mejor forma de llegar fino.

-¿Ha encontrado mucha diferencia entre una estructura más local, la de Euskaltel, y otra de perfil más global como BMC?

-Mucha. Hay más de 70 personas trabajando para el equipo. Quince masajistas, otros 15 mecánicos, dos cocineros, cuatro jefes de prensa, osteópatas, nutricionistas, fisiólogos… Un nivel superior con una profesionalidad inmensa. Creo que he cambiado para bien. 

-El panorama es triste en España. Sólo queda Movistar como equipo World Tour.
-Un poco desolador. No se ha sabido aprovechar a esta generación de oro que tocará a su fin en tres o cuatro años por ley de vida. Todos los que somos referencia hemos pasado o estamos bien metidos en la treintena. El tirón se tenía que haber explotado y haber aparecido equipos desde el 2006 en vez de desaparecer. Es un problema para los que vienen por detrás.

-¿Y por qué no apuestan las empresas?
-La crisis es severa, pero también algunos se escudan en ella para no poner dinero.

-¿Y la imagen por temas de dopaje no habrá influido?
-Esa imagen se genera porque se habla de lo malo, pero no tanto de lo bueno de este deporte. Somos los que más controles pasamos y se debe medir a todos por igual. El ciclismo está a la cabeza de la lucha antidopaje.

-¿Y usted que lleva muchos años en esto, nota un cambio de mentalidad de las nuevas generaciones respecto del dopaje?
-Siempre ha ido evolucionando la mentalidad. Hay que olvidar los fantasmas del pasado, no moverlo, y mirar hacia el futuro que es lo que nos interesa a todos.

-Ha firmado por un año y en 2015 su paisano Fernando Alonso sacará equipo…
-No hemos hablado. Pero va a ser muy positivo que una persona como él se acerque a este deporte. Puede generar un ‘efecto-imán’ para que otras empresas se animen a llegar al ciclismo.