Competitivamente hablando, la temporada de los Knicks acabó hace unas semanas. Virtualmente fuera de los playoffs por cuarto año consecutivo, Phil Jackson y cía, además de una parte importante de sus aficionados, están ya centrados en preparar la próxima temporada. La búsqueda de ese proyecto ganador para el que no acaban con dar la tecla tendrá su primera parada el próximo 22 de junio. Esa es la fecha en la que se celebrará el draft de este año, un draft en el que el mal momento de los neoyorquinos se ha convertido en su mejor aliado de cara a hacerse con la elección más alta posible.

La fórmula para conseguirlo tienen nombre (tanking) y consiste en perder el máximo número de partidos. Ya se sabe. Cuanto peor sea el récord al final de temporada, mayores son las posibilidades de hacerse con uno de los mejores picks en el lottery. El 12-29 que registran los de Hornacek en lo que llevamos de 2017 les puede acabar otorgando incluso una elección Top-5. Para ello les conviene quedar por debajo de los Sixers y Magic. Un partido de diferencia separa a los tres equipos, pero la convincente victoria cosechada la última noche ante los Pistons en el Madison perjudica sus intereses si observamos la jugada con perspectiva.

Sin embargo, Carmelo Anthony le ha comentado a Ian Begley que los que fans que quieran ver perder a su equipo ya pueden ir olvidándose: "Si quieren eso, pueden venir a jugar ellos". Restan 8 partidos para que los Knicks cierren la presente temporada, el mismo número de encuentros que le podrían quedar al alero vistiendo la camiseta de la franquicia de Manhattan. Pese a no conseguir su salida el pasado febrero, la dirección deportiva tiene la intención de continuar buscándole un traspaso de cara al verano. Kristaps Porzingis es el hombre sobre el que edificar su regreso a la élite.