REAL MADRID 104 - BILBAO BASKET 76

El Palacio vibra con Llull y Carroll desatados

Llull hizo 29 y batió su récord ACB en solo tres cuartos, mientras que Carroll sumó 17 en el último acto. Siete triples cada uno. El Madrid gana sin agobios dos meses después.

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El Madrid afrontaba este tramo final de marzo con varios retos por delante: golpear al Barça dos veces en diez días, mantener el liderato de la Euroliga, asaltar una pista tan dura como la del Olympiacos y… Y ganar por primera vez en casi dos meses un partido de Liga por más de un punto y antes del último segundo. Lo consiguió.

Los de Laso venían de tropezar en cuatro de las cinco últimas jornadas ligueras (Unicaja, Granca, Tenerife y Obradoiro) y su único triunfo había llegado frente al Barça con un llullazo a cinco décimas de la bocina. Desde el pasado 5 de febrero (61-89 en Murcia) no vencían desahogados en la ACB, incluyan ahí la Copa y sus dos prórrogas más una final de aúpa. Ocho partidos de puro padecimiento. Al noveno, un domingo de los de otra época.

El Retabet Bilbao, en su pugna por alcanzar el playoff, se lo creyó a ratos. Quizá mostró más fe (¿o era serenidad?) cuando peor lo tuvo: parcial de 8-0 después de que los locales entraran en órbita (del 57-39 al 57-47), aunque luego se desplomó. La baja de Bamforth se nota en la pista y también en las cabezas. Gran trabajo, en cualquier caso. Lo mejor, la libertad con la que se movieron Buva y Eric, sus cincos.

Pero volvamos al Madrid de los dientes de sierra, de unos vaivenes que la grada ya afronta con una suave agitación, como el que repite su enésimo viaje en la misma montaña rusa. Conoce cada curva y cada descenso, no se sorprende aunque no deja de emocionarse. Y esos picos máximos se alcanzaron de nuevo con El Increíble Llull al frente de la atracción. Vimos al WiZink Center rendido otra vez al segundo capitán. Arrancó con tres triples seguidos en 60 segundos para avisar del cambio de hora y despertar a la tropa (17-13). El primero frontal desde nueve metros al límite de la posesión y los dos siguientes a la carrera, en transición, uno por la izquierda y otro por la derecha. Se disparó hasta los 29 tantos y 7 triples (de 9 lanzados) en 25 minutos y solo tres cuartos. No jugó el último. Le bastó para batir su récord ACB (28) y se quedó a uno del de la Euroliga (30 ante el Panathinaikos este curso).

El duelo se quebró justo tras el descanso, con Randolph desperezándose tras su exhibición en El Pireo: triple, 2+1 y galopada para el 57-39. Luego once puntos de Llull seguidos. Pese a todo, los Hombres de Negro hacían por incorporarse. Carroll terminó de sentar al rival y de levantar a la grada con su demostración encestadora. Dos en uno. 17 de sus 25 tantos llegaron en el último acto, y también cinco de sus siete triples (de once intentos). Qué exhibición de pistoleros. Por primera vez en la historia de la Liga dos compañeros meten siete triples en el mismo partido (14 de 20, 70%). Una salvajada.

Así, a cañonazo limpio, el Real pudo saborear un domingo sin sobresaltos siete semanas después. Laso puso a Álex Suárez muchos minutos como tres alto en ausencia de Maciulis (descanso), pero lo hizo antes de que todo quedara resuelto. Disputó íntegro el segundo cuarto. Mientras, Nocioni regresaba a la acción tras perderse ocho encuentros (edema en un tobillo), Reyes veía aro y Draper repetía en la versión útil del viernes: 5 asistencias, 3 robos y +24 con él en cancha. El Madrid vuelve a ganar bien en la Liga, y eso es noticia.