En la evolución del juego hacia una era casi perpetua de bases (con perdón de los Embiid, Towns, Jokic, Turner…), el draft 2017 solo promete más artillería en versión guards. De una generación que muchos expertos sitúan ya entre las mejores de los últimos años destaca otra excelente camada de bases: Lonzo Ball, Dennis Smith, Drank Ntilikina, De’Aaron Fox, Malik Monk… y Markelle Fultz. Los seis podrían ser top 10 y tres de ellos tienen todas las papeletas para repartirse el top 3, puestos para los que tienen más opciones ahora Boston Celtics (vía Brooklyn Nets), Miami Heat y Phoenix Suns. Son Ball, Smith y Fultz, que ha ganado enteros desde el inicio de la temporada NCAA y al que ahora muchos sitúan en el número 1 y entre comparaciones que van de Russell Westbrook y Stephen Curry a John Wall y Kemba Walker. Palabras mayores.

Fultz tiene 18 años y juega en los Huskies de Washington, con los que difícilmente alcanzará el torneo universitario pero desde donde se proyecta ahora mismo como número 1, sin obviar todo el camino que queda hasta la selección. Fultz está dejando esa estela única de los jugadores especiales. Debutó en el torneo universitario con 30 puntos, anotó en el segundo 35 y durante diez partidos promedió 50% en tiros de dos y triples. Es un tremendo anotador que lanza bien, se genera espacios gracias a su movilidad y su dribbling y finaliza muy bien cerca del aro. Fantástico en transición y dirigiendo el pick and roll, tiene según todos los expertos las cualidades físicas y el instinto de juego que le convierten en el prototipo de guard que puede ser dominante en la NBA de la próxima década.

Prácticamente todos sus defectos coinciden con los de cualquier jugador joven: nada que no se pueda subsanar con trabajo y experiencia. Ahora mismo promedia con los Huskies 23 puntos, casi 6 rebotes, más de 6 asistencias, 1,7 robos y 1,4 tapones por partido. Y moldea su juego a partir de los excepcionales bases que triunfan en la NBA actual: el tiro tras step back de Kemba Walker, la finalización por habilidad de Kyrie Irving, el cambio de ritmo tras bloqueo de Russell Westbrook, la autoridad yendo hacia el aro de John Wall, el manejo de balón de Stephen Curry…

Para Fansided, por ejemplo, lo que separa a Fultz del resto de aspirantes al número 1 es que realmente su techo está mal alto, casi al nivel del de los grandes superhéroes del baloncesto actual. Mide 1,93, pesa 88 kilos y antes de estrenarse con los Huskies fue MVP en el Torneo de las Américas con el Team USA sub’18. Criado sin una figura paterna en uno de esos barrios en los que "o comes o te comen", su pasión son las bicicletas, especialmente BMX. Y su siguiente paso es desembarcar en la NBA, todo apunta a que a lo grande...