Que LeBron James no es muy querido en La Bahía de San Francisco, no es una sorpresa. Durante las últimas Finales, el jugador de Cleveland Cavaliers desquició a todos los aficionados de Golden State Warriors al conseguir que Draymond Green fuera sancionado para el quinto partido. Una ausencia que a la postre sería definitiva para que los Cavs lograran la remontada histórica: del 3-1 al 3-4 y primer anillo de la NBA para la franquicia de Ohio. 

Y esta madrugada del lunes al martes, en el mismo escenario que vio a James levantar el trofeo Larry O'Brien, Green y el cuatro veces MVP tuvieron otro momento precioso cuando el primero embistió al segundo en un contraataque. "Me siento bien, soy un jugador de football", declaró el de Akron sobre una acción que provocó una flagrante tipo uno para el ala-pívot y los silbidos y abucheos posteriores hacia él por parte de el público que llenó el Oracle Arena.

Lo que vino a continuación fue muy NBA. Ante tanto griterío, James sacó parte de su orgullo herido (la paliza ya era de escándalo) para dedicar el gesto 'tengo tres anillos' a los presentes en el pabellón.

Un gesto que recuerda, en parte, al que hizo Kobe Bryant en Dallas a los aficionados de los Mavericks.