CLIPPERS 98 - WARRIORS 115

Los Warriors juegan con los Clippers; están a "años luz"

Los locales se ahogan en la sonrisa rival. Desesperación en una paliza que aumenta distancias en la Conferencia Oeste. Warriors-Cavs Game 5 en directo

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En un lado todo fueron sonrisas desde el minuto uno. Sonrisas serias, de quien se sabe superior y lo está demostrando con suma facilidad. En el otro, muchos nervios (la técnica a Chris Paul en el segundo minuto es el mejor ejemplo), demasiados fallos y una falta alarmante de creatividad ofensiva que resultó definitiva. Los Warriors (19-3) se limitaron a aprovechar lo que les daban unos Clippers (16-7) que siempre fueron un paso por detrás (mucho más lentos; menos preparados). Sin forzar absolutamente nada. Los locales entraron en colapso al ver los cambios defensivos de los visitantes (increíble, por otra parte) y nunca movieron el balón al nivel que se espera de un equipo de su calibre. Al final, por unas o por otras, lo de siempre: los Clippers de toda la vida no estuvieron a la altura ante los imparables Warriors. A "años luz", que decía Joe Lacob, propietario mayoritario de los de la Bahía.

La primera parte fue todo velocidad y cortes por parte de los de Oakland. Durant (16+8+7), Curry (19+4+6+7 robos, la mejor marca NBA este año igualando su career high) y Klay Thompson (24) solo anotaron uno de sus 10 intentos desde el triple, pero los cortes a canasta les dieron hasta 12 puntos muy fáciles (Curry y Clark), sumaron bien a la contra (27 puntos totales) y contaron con el acierto exterior de un Draymond Green imperial. Mientras a Blake Griffin le quedaba grande el partido (enorme), incapaz de imponer su ley ni contra el 23 (el jugador que mejor le defiende de toda la NBA) ni contra Durant (demasiado largo), el ex de Michigan State sumó 15 puntos (tres de tres en los triples), cuatro rebotes, cuatro asistencias y dos robos en los primeros 24 minutos (22 puntos al final), el mejor jugador sobre el parqué de largo. En serio, de largo. Se come estos partidos con patatas para merendar.

La grandeza de estos Warriors reside también en que saben leer los partidos. Cuando defiendes el triple (4/16 en la primera parte), te matan dentro y esperan a que llegue el despiste para sumar de tres en tres (todo llegará...). En los Clippers, todo lo contrario: sin el uno contra uno de Griffin en el poste (cinco de las nueve pérdidas de los locales en los primeros 10 minutos de partido) y los Warriors cambiando a todos los pequeños de brazos largos (pueden ser una defensa muy incómoda), Redick se fue con cero puntos al descanso (acabó con una racha de 77 partidos seguidos anotando al menos un triple) y los Clippers sobrevivieron gracias a un Jamal Crawford que nunca se esconde (13 puntos, 21 totales). Todo unos contra uno que o acaban en canasta o permiten transiciones rápidas en el otro lado. Todo problemas... El factor Jordan, por cierto, duró unos cinco minutos. Desaparecido en combate.

Hasta 20 arriba en el primer cuarto y partido sentenciado (sí, lo estaba...). Otro empujón para empezar el tercero con un movimiento de balón que llegó a parecer un vacile (21 asistencias en las 24 canastas de la primera mitad y 32 totales). Ronditos, bandejas y un triple de Durant después de una jugada realmente insultante. El partido de Blake Griffin (4/17 en los tiros y siete pérdidas al final del tercero, lo que vale; le pusieron tapones Pachulia y McGee, el del segundo bastante humillante) es el perfecto ejemplo de lo que fue el encuentro: una pesadilla para unos Clippers que, después de tantos años de decepciones, quizás se exigen demasiado. Eso y que los Warriors son, simplemente, mucho mejor equipo, claro: ganaron sin ningún problema pese a lanzar un 23% desde el triple. ¡Sin ningún problema!

El partido, un baño de cabo a rabo, deja a los angelinos muy tocados. Han perdido cinco de los últimos siete (16-7) y tienen a los Rockets (cuartos, 15-7) a solo medio partido en la clasificación del Oeste mientras se alejan sin parar Warriors (19-3) y Spurs (18-4). No hay manera, pensarán en LA...