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Los secretos de Klay: agua por su cuerpo y la caja de galletas

Klay Thompson se exhibió ante los Pacers con su extraordinaria mecánica de tiro: Sports Illstrated trató de analizar todos su secretos y trucos.

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Klay Thompson ha anotado en su carrera (407 partidos de Regular Season) 1.127 triples. Si no sucede nada extraño (lesiones) terminará esta temporada, la sexta de su carrera, en el top 50 histórico y será la cuarta en la supere los 200: 211, 223, 239 y 276 en las cuatro que siguieron a su año rookie. Las dos últimas marcas equivalen a la undécima y tercera mejores de la historia, esta solo por detrás de dos de Stephen Curry: 286 en la 2014-15 y sus extraterrestres 402 de la pasada.

En la actual campaña Klay suma 67 triples en 171 intentos, ya segunda mejor marca (86 Stephen Curry) con un 39,2 % que va en irremediable ascenso tras un pésimo inicio de temporada que incluso hizo que se dudar de su encaje en los nuevos Warriors, con Kevin Durant a bordo. Cuando se le situó en la órbita de los Celtics había firmado un 11/53 en triples en los siete primeros partidos de la temporada (en los cuatro primeros, 3/28). Desde entonces, 56/118: un 47,7%.

De carácter gélido, Klay Thompson llegó a parecer verdaderamente afectado durante esos partidos en los que no le entraban tiros que normalmente él metería (y está volviendo a meter) con los ojos vendados. Ahora Klay vuelve a ser Klay y los Warriors promedian 120,2 puntos por partido con 115,4 de eficiencia ofensiva. Números de ciencia ficción.

Pero, ¿cómo entrena y cómo gestiona Klay Thompson esa condición de tirador puro (ante los Pacers, 60 puntos tocando la bola solamente 46 veces)? Sports Illustrated profundizó en la que se considera una de las mejores y más letales (por velocidad de ejecución y rango) mecánicas de tiro de la historia. Solo para algunos expertos, Klay separa ligeramente más de lo debido las piernas. Para la inmensa mayoría, su suspensión es ideal para enseñar a los niños que quieran aprender a que sus tiros hagan ese swish (el suave contacto llimpio de la pelota solo con la red) que define a Klay, la pareja de Stephen Curry en los Splash Brothers.

En primer lugar, por supuesto, está el entrenamiento. Klay lanzó en cada entrenamiento durante la temporada un mínimo de 150 tiros (50 desde la cabeza de la zona, 50 desde la media distancia y 50 triples). En verano, entre playoffs y pretemporada, esa cifra se va a un mínimo de 250 (75, 75 y 100 triples en cada sesión… por lo menos).

Además, estos son algunos de los trucos, físicos y mentales, que aplica Klay Thompson y que explicó Sports Illustrated:

-Pensar en líquido. Cada vez que va a lanzar, imagina agua que asciende por su cuerpo desde los dedos de los pies hasta las puntas de los de las manos. Dice que se lo enseñó su padre, Mychal Thompson (número 1 del draft en 1978 y campeón con los Lakers): “Es algo que tiene que explotar en tus pies y recorrer tu cuerpo de forma fluido, como el ascenso del agua. Lo aprendí de niño”.

-Klay trata de no sentir presión cuando los tiros no entran. Conserva la calma y sigue lanzando sin cambiar su dinámica: cuando falla, suele ser porque está ansioso por lanzar y pone demasiada presión en la bola y en su mecánica. En lugar de eso, se concentra en poner el foco en el movimiento de sus piernas y dejar que el resto fluya a partir de ahí.

-Klay conoce desde qué punto de la pista es más efectivo: en general prefiere los lanzamientos desde la izquierda (cuando Curry deja libre ese flanco, claro): "Soy diestro, el movimiento es mucho más automático desde ese lado". Especialmente y si puede ser, prefiere lanzar desde la esquina, y si no desde el lateral.

-El tarro de galletas: la mecánica de Klay es en general muy canónica: el codo derecho apuntando a la canasta, la bola comienza a volar cuando ya ha superado la altura de la frente. Una vez completado el lanzamiento, acompaña su trayectoria con un movimiento en el que simula que se estira y mete la mano en un bote de galletas que está por encima de su cabeza (evidente en la forma que adopta su muñeca). Así corrigió un defecto de instituto: tendía a que la mano de tiro acabara girando hacia dentro después de lanzar cuando acumulaba tiros y, por lo tanto, cansancio: “era así hasta que llegué a la universidad. Fue una cuestión de ser más consistente con mi mecánica y ganar fuerza en la muñeca”.