ICL MANRESA 70 - UNICAJA 89

El Unicaja se pasea de principio a fin en la pista del colista

Dejan Musli fue el mejor con un doble-doble (16 puntos y 10 rebotes). Problemas con el marcador y Plaza cambiando a sus cinco jugadores en pista, lo más anecdótico.

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El Unicaja de Málaga tuvo un plácido partido en la pista del colista ICL Manresa, que fue muy inferior a su rival de principio a fin, y cayó con contundencia (70-89), duramente desbordado por el mayor acierto y fluidez ofensiva visitante. El 2-8 (min.2) de salida ya era un mal augurio para la grada local, aunque los uno contra uno y un triple de Pere Tomas casi igualaban en el que iba a ser el parcial (7-8, min.3) en que más cerca se situaron los manresanos. Desde ese momento, el Unicaja se iría distanciando, canasta a canasta, sin que un errático Manresa en la ofensiva lo pudiera impedir en ningún momento.

Los de Ibón Navarro se estrellaban una y otra vez en la férrea defensa malagueña y se ahogaban en la propia ansiedad de lograr una primera victoria como local que se sigue resistiendo. Era como si ya de salida el ICL fuera demasiado consciente de que ante Unicaja no iba a ser el día más propicio. Waczynski y Smith anotaban sus lanzamientos con escasos errores y, en la pintura, clara superioridad de Suárez y Ndiaye primero y, más adelante, de Dejan Musli.

El pívot serbio no tuvo ninguna misericordia de los aficionados locales, que todavía le adoran, firmando una doble figura de 16 puntos y diez rebotes en poco más de 21 minutos de participación. No había concluido el primer cuarto que el Unicaja ya ganaba de 16 puntos (11-27, min.8), una renta que el quinteto de banquillo visitante se encargaría de mantener hasta el descanso (36-50). Tras la reanudación, la renta visitante se ampliaría hasta la que sería una máxima de 29 puntos (40-69, min. 26).

Desde ese momento, hasta el bocinazo final, todo lo que pasó ya fue anecdótico: como que el partido se interrumpiera hasta tres veces por averías en el marcador electrónico. O que, tras una de esas averías en la que el Manresa empalmó una miniracha con dos triples de Aranitovic, Juan Plaza ordenara de golpe, pero sin estridencias, un cambio de los cinco jugadores que tenía en ese momento en pista (Díaz, Díez, Ndiaye, Fogg y Brooks). Era como manifestar con hechos que no admitía relajaciones y sus jugadores debieron entender el mensaje, porque el Manresa, a pesar de los intentos del mejor hoy de sus jugadores (Aranitovic, con 21 puntos), en ningún momento pudo ni tan solo inquietar a su adversario.