El banquillo es la clave de los New York Knicks. Empezaron la temporada a un nivel increíble, liderados por un Derrick Williams al que no habíamos visto así desde que aterrizó en la liga, después sufrieron un primer bajón y los de la Gran Manzana encadenaron varias derrotas. Entre Kristaps Porzingis (titular) y Langston Galloway (sexto hombre) volvieron a levantar el vuelo, pero el rendimiento del banquillo (O'Quinn, Grant, Vujacic...) está hundido y sin él no llegarán muchas victorias. Tras la derrota de ayer en Orlando (7-8), los Knicks han vuelto al 50% de victorias (8-8) y se lo han ganado a pulso. Al igual que en el choque ante los Heat (32% en los tiros), estos volvieron a dar una imagen muy pobre en ataque (37% en tiros de campo). Aquella ejecución de la que hicieron gala en el triunfo contra los Rockets se ha esfumado y ya son el tercer peor equipo de toda la liga en porcentaje de acierto: 41,5%. La mejor noticia de la noche para la franquicia neoyorquina fue la explosión anotadora de José Manuel Calderón. El de Villanueva de la Serena se fue hasta los 23 puntos (4-8 en triples), una marca que no alcanzaba desde diciembre de 2013. Carmelo Anthony sumó 28 puntos y 13 rebotes, pero ningún knickerbocker más pasó de la decena de puntos.

El partido lo ganó Scott Skiles desde el banquillo. Con su equipo lleno de dudas, sin encontrar la forma de encadenar triunfos, el técnico decidió cambiar algunas cosas en la rotación. Victor Oladipo, titular indiscutible hasta ayer, empezó el partido sentado y acabó siendo el mejor de los suyos (24 puntos). "Arranqué con ganas de demostrar cosas. Al final, solo tengo que volver a hacer mi juego y me doy cuenta de que cuando lo hago tenemos buenas opciones de ganar", dijo el escolta, al que le tocó trinchar el pavo sobre el parqué del Amway Center (hoy es Acción de Gracias en Estados Unidos), tras el choque. Nikola Vucevic (22+12) y Tobias Harris (17+10) lograron dobles-dobles para los locales.

Porzingis, que está siendo una de las sensaciones de la liga en este inicio de campaña, acabó con 10 puntos (3-13 en los tiros), ocho rebotes y seis tapones, uno monumental sobre el propio Oladipo.