Las cosas, objetivamente, no van mal en Chicago. El equipo está 8-4 y es tercero del Este con el mismo balance que Miami Heat y sólo una derrota más que Cleveland Cavaliers. Pero al mismo tiempo (y por ahora) la llegada de Fred Hoiberg en lugar de Tom Thibodeau no ha espoleado como se esperaba un proyecto que necesita deshacerse de algunas dudas  casi endémicas para convertirse en un aspirante real a destronar a los aparentemente intocables Cavs en el Este. Más o menos la misma situación en la que están Hawks, Raptors, Wizards o los citados Heat, competitivos de nuevo. ¿Será finalmente Derrick Rose un líder o una hipoteca? ¿Encontrará el equipo los equilibrios que tanto se le escapan entre defensa y ataque, juego interior y exterior? Los Bulls no han mejorado demasiado las limitaciones ofensivas que les lastraban con Thibodeau y están en la cola de la NBA en eficiencia ofensiva (puesto 23 de 30). En defensa, sí están en la zona alta pero no entre las verdaderamente mejores (puesto 7).

Los jugadores interiores son los que más están notando la adaptación a un nuevo entrenador y a un sistema que intenta circular más rápido y tirar más. Y entre ellos, Pau Gasol. El español está promediando 13,8 puntos y 9,7 rebotes por partido, lejos de los 18,5 y 11,8 de la temporada pasada. También reparte menos asitencias (2,7 por 3,4). Por primera vez en su carrera juega menos de 30 minutos por noche (29,3) y está en mínimos históricos también en puntos (casi igual que los 13,7 de la 2012-13, un annus horribilis en el que le lastraron las lesiones) y porcentajes de tiro: 45,5% (su peor cifra en año completo, 46,6%). Gasol, de hecho, no oculta que no le favorece demasiado la forma en la que está jugando su equipo: “Tienes que jugar en función de los jugadores que tienes, de sus virtudes y armas. Tienes que utilizarlas, sacar el máximo provecho de tus recursos. Si no lo haces, no estás jugando con inteligencia”.

Contra los Warriors, por ejemplo, los Bulls no trataron de aprovechar su (teórica) ventaja en centímetros cuando el campeón selló la victoria con su demoledor quinteto pequeño (Curry, Thompson, Iguodala, Barnes, Green). Al siempre diplomático Pau le hubiera gustado intentarlo, al menos: “Tiramos mucho por fuera. No sé si demasiado porque suelen ser buenos tiros. Pero me gustaría ver más acción en la pintura y me gustaría tener más ritmo cuando juego por fuera. Estamos tratando de acoplarnos, la temporada no ha hecho más que empezar. Pero tenemos que aprender de partidos como el de Oakland para ser mejores en el futuro".

Mirotic y Noah tampoco brillan

Tampoco Mirotic está brillando a pesar de que precisamente ante los Warriors jugó uno de sus partidos más completos de la temporada. Promedia 11,9 puntos y 6,4 rebotes con un muy bajo 36,4% en tiros, que cae hasta un 31% en triples.

Aunque seguramente el que más está sufriendo es Joakim Noah, al que Hoiberg no parece encontrar sitio ni con Pau Gasol en pista ni sin él. El francés, que además, acaba contrato en verano, ha salido del quinteto titular y sus números por ahora son terribles: los más bajos de siempre en minutos (20,5), puntos (2,5), porcentaje (31%) y porcentaje de tiros libres (un horrible 30% cuando la media de su carrera pasa del 71%). También en tapones (0,6), mientras que en rebotes (8,4) está en su peor cifra desde 2009. Noah no culpa a las lesiones que sí le afectaron durante la temporada pasada: “Físicamente estoy bien pero tengo que encontrar mi espacio en ataque y ayudar mejor en defensa. Tengo menos opciones que antes pero tengo que ser más agresivo cuando se presentan. No estoy pudiendo ayudar a mi equipo, que es lo que quiero hacer”. Este puzzle de los hombres altos es una de las parcelas en las que, desde luego, necesita Hoiberg más trabajo (y soluciones). Pero también es una de las que más réditos le puede dar. Los Bulls lo van a necesitar.