EUROBASKET FEMENINO

“Sin catarros ni lesiones, estaremos en los Juegos”

Las chicas brindaron en AS por el bronce. Décima medalla en la historia para estas chicas y novena en los últimos 15 años; ocho de ellas conseguidas por Laia Palau.

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"Carácter ganador”. Ese es el lema de este bronce que se ha traído la Selección femenina de Hungría y que ayer lució orgullosa en AS. Décima medalla en la historia para estas chicas y novena en los últimos 15 años; ocho de ellas conseguidas por Laia Palau. “Eso lo que significa es que me hago mayor. He tenido el honor de estar en la época dorada del baloncesto español. Y esto no se acaba aquí. Esta medalla significa continuidad ya que siempre estamos en la élite”, dice la capitana de un equipo que reúne nueve generaciones distintas de jugadoras. “Antes éramos una selección peleona, que se enfrentaba a las rusas y perdía. Seguimos teniendo ese carácter, pero la especie ha mejorado”.

A sus 35 años, Palau es la más veterana de un equipo cuya benjamina, Leticia Romero, acaba de cumplir los 20 y que en mes y medio celebrará el 21 cumpleaños de Astou Ndour. El futuro está asegurado. Entre medias se encuentran la brillante generación del 89 (Torrens y Nicholls) y las primeras medallistas en un Mundial de formación (Marta Xargay y Laura Gil, plata Sub-19 en 2009), sin olvidar a las otras veteranas del equipo —Luci Pascua (32 años), Nuria Martínez (31), Silvia Domínguez y Anna Cruz (28)— y a la debutante Laura Herrera (25).

Al frente de todo, el Rey Midas del baloncesto femenino, Lucas Mondelo. “Estoy contentísimo. Nos hemos metido en el Preolímpico y hemos conseguido una medalla pero, sobre todo, hemos desplegado un gran juego durante todo el campeonato. Perdimos a nuestra Pau Gasol (Sancho Lyttle), pero las jugadoras han dado un paso al frente”, dice el artífice de las últimas tres medallas —seguidas— de este equipo y que bromea con el Preolímpico del próximo verano. “Si nos enfrentamos con alguno de los europeos en los cruces, será porque no habrán hecho los deberes en la fase de grupos. Peor para ellos”, añade entre risas antes de matizar: “El peligro somos nosotras mismas. Al completo, sin catarros ni lesiones, estaremos en los Juegos”.

Las jugadoras confesaron haber estado pendientes de la crisis abierta en la Selección de fútbol. Aquí la relación entre seleccionador y jugadoras es completamente distinta. “Somos como una familia”, dice Mondelo. Una familia que ahora tiene un sueño olímpico. El único escalón que aún se resiste.